Estado del clima en 2025: la ciencia muestra el camino hacia un futuro habitable

22 de los 34 "parámetros vitales" de nuestro planeta se encuentran en niveles récord. Muchos siguen tendiendo fuertemente en la dirección equivocada. Este es el mensaje de la sexta edición del informe anual sobre el clima "State of the Climate Report 2025".

IPCC COP30
El informe muestra cómo mitigar amenazas sin precedentes para el sistema terrestre y para la sociedad.

Este informe sobre el estado del clima mundial ha sido elaborado por un equipo internacional de investigación con la colaboración del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK). Los autores principales son investigadores de la Universidad Estatal de Oregón. El informe se publicó hace unos días en BioScience.

Se basa en datos globales del IPCC (Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático). Son particularmente destacables las propuestas que contiene para estrategias "altamente efectivas".

Parámetros vitales que batieron récords

El director del PIK, Johan Rockström, es coautor del informe. En una rueda de prensa durante su presentación, realizó la siguiente declaración:

En los últimos años, parámetros vitales clave como la temperatura de la superficie, el contenido de calor del océano, la pérdida de hielo marino y la pérdida de bosques causada por incendios han alcanzado nuevos récords excepcionalmente claros.

La creciente crisis climática plantea una serie de riesgos estrechamente interrelacionados para los sistemas fundamentales de nuestro planeta, desde puntos de inflexión críticos como el sistema de corrientes oceánicas AMOC hasta la integridad de la biosfera y la estabilidad de los recursos hídricos globales. Sin embargo, el informe también muestra cómo mitigar esta amenaza sin precedentes para el sistema terrestre y para la sociedad.

2024: el año más caluroso desde que comenzaron los registros

El equipo de investigación destaca el acelerado calentamiento global, que también se evidencia en el hecho de que 2024 fue el año más caluroso desde que se tienen registros.

Existen estrategias para mitigar el cambio climático, son rentables y se necesitan con urgencia, y aún podemos limitar el calentamiento si actuamos con decisión y rapidez.

Así lo afirmó William Ripple, profesor de la Universidad Estatal de Oregón y uno de los autores principales, durante la presentación del artículo de investigación.

Sin embargo, cabe señalar que la oportunidad se está agotando. Sin estrategias eficaces, la humanidad se enfrentará a riesgos cada vez mayores que pondrían en peligro la paz, la gobernabilidad, la salud pública y los ecosistemas.

El equipo de investigación examinó e identificó paquetes de medidas eficaces que incluyen estrategias para diversos sectores, como la energía, la naturaleza y el sistema alimentario mundial. Este es un aspecto singular del estudio, ya que identifica opciones viables para estos sectores que, tanto individual como colectivamente, podrían reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y, por lo tanto, frenar el calentamiento global.

Factor clave: el sector energético

Como era de esperar, los investigadores se centraron especialmente en las fuentes de energía renovables. Según sus análisis, la energía solar y eólica tienen el potencial de cubrir hasta el 70 % de la demanda mundial de electricidad para 2050. La transición energética debe ir acompañada de una rápida eliminación gradual de los combustibles fósiles, ya que esta es la única manera de contribuir de forma significativa a la protección del clima.

Esta exigencia fundamental de la ciencia no solo se destaca en este estudio, sino que constituye un componente central de casi todos los estudios actuales y pasados dirigidos a una reducción rápida y completa de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Ecosistemas: un pilar de la protección climática

En el estudio, los investigadores calcularon que la protección y restauración de ecosistemas como bosques, humedales, manglares y turberas podría compensar o prevenir aproximadamente 10 gigatoneladas de emisiones de CO₂ anuales para 2050.

Esto equivale a cerca del 25 % de las emisiones anuales actuales. Este cálculo, por supuesto, solo es válido si las emisiones de gases de efecto invernadero no aumentan en los próximos años y décadas, sino que disminuyen significativamente, tal como se requiere. Un beneficio adicional sería la protección y preservación de la biodiversidad y la seguridad hídrica.

A menudo se pasa por alto, pero es crucial: la nutrición

El uso intensivo y extensivo de la tierra ha dañado gravemente los ecosistemas. La tierra cubre el 29 % de la superficie terrestre, de la cual el 71 % es habitable. Sin embargo, poco más del 1 % de la superficie terrestre está habitada. El 50 % se utiliza para la agricultura. El 37 % son bosques, el 11 % son matorrales y otro 1 % son aguas superficiales dulces.

Del 50 % de tierras agrícolas, el 77 % se utiliza directa e indirectamente para la ganadería (producción de carne y productos lácteos), incluyendo pastos y tierras cultivables para la producción de piensos. Solo el 29 % se destina a la producción de alimentos vegetarianos.

Según el informe, la producción de alimentos y la eliminación de residuos alimentarios representan aproximadamente entre el 8 y el 10 por ciento de las emisiones totales de gases de efecto invernadero. Dada la distribución de la tierra mencionada anteriormente, no es seguro que un cambio hacia una dieta más basada en plantas conlleve una reducción significativa de las emisiones. El informe subraya que, además, la salud y la seguridad alimentaria de la población mundial también se verían mejor protegidas mediante un cambio en la dieta y las prácticas agrícolas.

Advertencias: al final

El informe reitera advertencias científicas bien conocidas: cada décima de grado de calentamiento adicional tiene graves consecuencias para el bienestar humano y ambiental. Por el contrario, cada décima de grado de reducción proporciona alivio.

Incluso las pequeñas mejoras tienen un gran impacto en el riesgo de fenómenos meteorológicos extremos, la pérdida de biodiversidad, la escasez de alimentos y agua, y los riesgos de cruzar puntos de inflexión críticos.

El equipo de investigación subrayó que posponer la acción conlleva mayores costes e impactos más graves, mientras que una acción rápida y coordinada ofrece beneficios inmediatos para las poblaciones y los ecosistemas de todo el mundo.

Referencia de la noticia

https://doi.org/10.1093/biosci/biaf149