La falsa promesa de la energía nuclear
La nueva administración estadounidense de Donald Trump está abandonando gradualmente las políticas climáticas y energéticas de la administración anterior de Joe Biden. Sin embargo, Biden y Trump coinciden en el tema de la energía nuclear.

Es conocido que Trump, y partidarios, rechazan sin concesiones los hechos científicamente probados del cambio climático provocado por la humanidad y las consecuencias asociadas.
La legislación de protección climática de Biden, la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), mencionó un renacimiento de la energía nuclear, considerándola una de las soluciones para el sector energético.
La razón es que la división de átomos y la producción de energía asociada no liberan gases de efecto invernadero, como sí lo hace la combustión de combustibles fósiles.
Trump: la economía en primer lugar
El gobierno de Trump favorece la energía nuclear principalmente por razones económicas. La semana pasada, firmó cuatro órdenes ejecutivas destinadas a acelerar la construcción de centrales nucleares en Estados Unidos.
Un informe del New York Times indica que las órdenes ejecutivas firmadas resultarían en un aumento de la prosperidad estadounidense.
Argumentos políticos con un matiz económico
Científicos del clima y periodistas siguen de cerca los planes nucleares de Trump, pero en gran medida consideran que el renacimiento nuclear se basa en narrativas moldeadas por perspectivas políticas, locales y económicas.
Políticamente, la energía nuclear goza de apoyo bipartidista en el Congreso norteamericano. Los republicanos intentan actualmente aprobar un proyecto de ley presupuestaria de gran alcance que derogaría casi todos los subsidios a las energías renovables del IRA, pero otorgaría exenciones fiscales a la energía nuclear.
La implementación a nivel local es muy difícil
A nivel local, el objetivo declarado de Trump de cuadruplicar la cantidad de electricidad que Estados Unidos recibe de la energía nuclear requeriría la construcción de cientos de centrales nucleares.
Los próximos años serán muy interesantes, ya que se insta a los residentes y a los gobiernos locales a implementar el escenario de Trump en medio de las persistentes preocupaciones sobre la seguridad de la energía nuclear.
Sin embargo, sobre todo, la cuestión económica desempeñará un papel decisivo en los planes de implementación. Este es también el tema de un nuevo libro que explica por qué la economía, y no la seguridad, es la principal razón por la que la energía nuclear fracasa como solución climática.
En su libro, The Hype About Hydrogen (El revuelo sobre el hidrógeno), Joe Romm, ex alto funcionario del Departamento de Energía de EE. UU., describe las opciones de energía nuclear y de hidrógeno como "falsas soluciones" a la crisis climática.
Realidad económica
Las únicas dos centrales nucleares construidas en Estados Unidos este siglo son los reactores Vogtle en Georgia. Los retrasos en la construcción han provocado que los costos de construcción asciendan a 35 mil millones de dólares, señaló Romm.
Según sus cálculos, los costos operativos se traducen en 15 millones de dólares por megavatio de electricidad generada. Esto hace que el costo de generar electricidad a partir de energía nuclear sea significativamente mayor que el de la energía solar y eólica, declaró Romm a la red de periodistas Covering Climate Now.

En su opinión, los reactores pequeños y modulares que promueven Bill Gates y otros también serán aún más caros. En opinión de Romm, estas diferencias de precio significan que un dólar invertido en energía renovable produce significativamente más electricidad libre de CO2 que un dólar invertido en energía nuclear.
El componente temporal como un obstáculo importante
En su opinión, es crucial que las centrales de energía renovable comiencen a suministrar electricidad mucho antes. La principal razón por la que la energía nuclear es tan cara es que se tarda al menos una década en poner en funcionamiento una central nuclear.
Este largo plazo exige unos costes de financiación de capital enormes, lo que hace que cualquier "renacimiento nuclear... sea todo menos seguro", como confirmó el Financial Times en un informe.
El tiempo se agota
Desde la perspectiva de la ciencia climática, son precisamente estos largos plazos los que descalifican a la energía nuclear como solución climática. La gran mayoría de la ciencia sobre las causas y consecuencias del cambio climático enfatiza que las emisiones de gases de efecto invernadero deben reducirse ahora, no en una década.
Según Romm, priorizar la energía nuclear no es una estrategia práctica, asequible ni escalable cuando las energías renovables pueden reemplazar a los combustibles fósiles en la generación de electricidad de forma mucho más económica y rápida.
Sólo me queda esperar que los políticos alemanes —y de los demás países del mundo— también tengan en cuenta las tesis basadas en hechos del libro de Joe Romm a la hora de tomar sus decisiones en el resurgimiento del debate sobre el renacimiento de la energía nuclear.