Lluvia de estrellas Épsilon Perseidas: guía para ver este evento astronómico que alcanzará su pico el 9 de septiembre
La lluvia de estrellas Épsilon Perseidas iluminará el cielo de septiembre, alcanzando su máximo el día 9. Te decimos su origen y te damos consejos prácticos para observarlas desde México.

Cada septiembre, el firmamento ofrece un espectáculo menos famoso que las Perseidas de agosto, pero igualmente fascinante: la lluvia de estrellas Épsilon Perseidas. Aunque no es tan intensa, regala destellos súbitos que cruzan la oscuridad nocturna.
Alcanzará su punto máximo alrededor del 9 de septiembre, aunque la actividad se extiende aproximadamente entre el 5 y el 21 del este mes. Su ritmo de meteoros suele ser moderado, con algunos picos sorprendentes en cielos oscuros.
Las Épsilon Perseidas toman su nombre de la constelación de Perseo, de donde parecen surgir los meteoros. Este “radiante” es un punto virtual, no un lugar real en el espacio, pero ayuda a ubicar la zona desde la que parecen originarse las trazas luminosas.
Su origen está ligado a restos de polvo y partículas dejados por un cometa aún incierto, que al entrar en contacto con la atmósfera terrestre se incineran a gran velocidad. Cada meteoro es, en realidad, una partícula cometaria, viajando a decenas de kilómetros por segundo.

Lo más cautivador de este fenómeno es su carácter inesperado, pues aunque no promete decenas de meteoros por minuto, sí nos ofrece momentos de calma, seguidos por destellos que sorprenden y llenan de emoción a quienes miran el cielo con paciencia.
Fechas para su visibilidad
La mejor noche para observarlas en este 2025 será la del 8 al 9 de septiembre, cuando la Tierra atraviese la región más densa de partículas. Sin embargo, la actividad puede notarse varios días antes y después, ofreciendo ventanas de observación para quienes no puedan mirar justo en la fecha máxima.
En México, las condiciones de visibilidad este año serán favorables porque la Luna estará en fase gibosa menguante, iluminando el cielo sólo parcialmente durante la madrugada y el radiante se elevará después de la medianoche, lo que convierte las horas previas al amanecer en las más recomendadas para buscarlas.
En otras partes del mundo, la visibilidad también dependerá de la latitud. En el hemisferio norte, el radiante de Perseo será claramente reconocible, mientras que en el hemisferio sur, aunque se encuentra más bajo en el horizonte, también pueden observarse meteoros que cruzan el cielo de manera tangencial.
Vale la pena recordar que no se necesita telescopio ni binoculares pues los meteoros pueden verse a simple vista, siempre que el observador se encuentre en un lugar con cielos oscuros y lejos de la contaminación lumínica de las ciudades.
De dónde provienen estas estrellas fugaces
Cada lluvia de meteoros está asociada a un cometa o asteroide que, en su recorrido alrededor del Sol, va dejando un rastro de polvo y fragmentos. Cuando la Tierra cruza con esas partículas, éstas se encienden al rozar la atmósfera, produciendo los destellos conocidos como estrellas fugaces.
En el caso de las Épsilon Perseidas, los astrónomos todavía investigan cuál es el cometa progenitor. Se sospecha que podrían estar relacionadas con fragmentos de antiguos cuerpos cometarios. Poniéndonos románticos, esta incertidumbre añade un toque misterioso ya que cada destello es, en cierto sentido, un mensaje aún por descifrar.

Los meteoros se caracterizan por su velocidad, que puede alcanzar hasta 60 kilómetros por segundo, rapidez que provoca un brillo intenso durante apenas un instante, dejando a veces una estela persistente que adorna el cielo por unos segundos más.
Al seguirlos en el cielo, parecen nacer de un mismo punto, cercano a la estrella Épsilon Persei. Esta ilusión geométrica, llamada radiante, es consecuencia de la perspectiva: en realidad, las partículas llegan en paralelo, pero desde nuestra visión parecen converger en ese sitio.
Consejos para disfrutar de la lluvia
Para disfrutar plenamente de esta lluvia de meteoros, lo más importante es elegir un sitio oscuro, alejado de la contaminación lumínica. Las zonas rurales, playas o montañas ofrecen las mejores condiciones, además, conviene llegar con anticipación para que los ojos se adapten a la oscuridad.
Un detalle clave es la paciencia ya que a diferencia de lluvias más intensas, las Épsilon Perseidas son discretas, por lo que puede haber varios minutos de espera entre un meteoro y otro, sin embargo, ese tiempo de calma invita a observar la bóveda celeste y reconocer constelaciones.
Te recomendamos llevar una manta, un saco de dormir o una silla reclinable, de modo que sea posible mirar hacia arriba sin fatiga. No olvides tu ropa abrigadora y bebidas calientes hacen más grata la experiencia, especialmente en madrugadas frescas.
Por último, conviene recordar que las cámaras fotográficas con trípode y exposición prolongada pueden capturar los meteoros más brillantes, pero lo más valioso es la observación directa, ese instante efímero en que una chispa del espacio nos conecta con la vastedad del cosmos.