El misterioso enfriamiento que transformó el Pacífico hace 1,5 millones de años

Un nuevo estudio revela que aguas frías provenientes del Océano Austral se filtraron hacia el Pacífico tropical a través de “túneles oceánicos”, provocando un repentino enfriamiento y anticipando cambios profundos en los ciclos glaciales de la Tierra.

Océano Pacífico
El equipo analizó microfósiles de foraminíferos extraídos de un núcleo de sedimentos perforado.

Hace aproximadamente 1,5 millones de años, las aguas de profundidad media del Pacífico tropical se enfriaron de manera abrupta. El fenómeno se extendió a lo largo de miles de kilómetros y sorprendió a los científicos porque ocurrió en un período en que el clima de la Tierra mostraba una relativa estabilidad. Aunque los ciclos de glaciaciones ya habían comenzado, eran más breves y, pese a sus oscilaciones, la superficie del Pacífico tropical se mantenía cálida y constante.

Entonces, ¿cómo pudo producirse un enfriamiento tan marcado en un océano que se supone resistente a los vaivenes climáticos?

Una nueva investigación publicada en Communications Earth and Environment propone una respuesta: las aguas heladas del Océano Austral habrían viajado hacia el norte a través de “túneles oceánicos”, corredores que conectan masas de agua a grandes distancias y permiten enlazar regiones oceánicas —y, por extensión, atmosféricas— muy separadas entre sí.

El hallazgo en los registros del Pacífico sur

El equipo liderado por Jacek Raddatz, científico del GEOMAR Helmholtz Centre for Ocean Research, analizó microfósiles de foraminíferos extraídos de un núcleo de sedimentos perforado en la Meseta Manihiki, una elevación sumergida en el Pacífico sur tropical. La zona se encuentra en el límite oriental de la “piscina cálida” del Pacífico occidental, el lugar con las aguas superficiales más cálidas del planeta.

Los investigadores midieron la relación magnesio/calcio y los isótopos de oxígeno en dos especies de foraminíferos: una que vivía cerca de la superficie y otra que habitaba unos 400 metros por debajo.

Estos indicadores permiten reconstruir temperaturas y salinidad del pasado, en este caso abarcando desde hace 2,5 millones hasta 1 millón de años.

“En la Meseta Manihiki vemos que, hace unos 1,5 millones de años, se produjo una caída simultánea en la temperatura y la salinidad”, señaló Raddatz. Esa fecha coincide con una expansión importante del hielo antártico, lo que sugiere un vínculo entre ambos fenómenos.

El viaje silencioso del agua fría

Según el estudio, las aguas frías del Océano Austral avanzaron hacia el norte en forma de pulsos a través de los niveles intermedios del Pacífico, un proceso conocido como “ocean tunneling”. Matt Luongo, climatólogo de la Universidad de Washington que no participó del estudio, explica que este mecanismo conecta regiones distantes del océano: el agua fría que se forma frente a Chile, Perú o California se hunde lentamente y avanza hacia el ecuador por debajo de la superficie. Años más tarde, esa misma masa de agua puede emerger cerca de la línea ecuatorial.

Si el agua es más fría o más fresca que lo habitual, sus efectos se propagan, alterando la temperatura local del Pacífico tropical.

El papel de los ciclos orbitales

El equipo también comparó las señales del enfriamiento con los ciclos orbitales de la Tierra: la excentricidad (forma de la órbita), la oblicuidad (inclinación del eje) y la precesión (orientación del eje). Las coincidencias fueron claras.

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Las aguas frías del Océano Austral avanzaron hacia el norte en forma de pulsos a través de los niveles intermedios del Pacífico, un proceso conocido como “ocean tunneling”.

“Observamos el mismo incremento de señales asociadas a la oblicuidad en el volumen de hielo antártico, en las reconstrucciones de temperatura de latitudes medias y en nuestro registro de salinidad”, explicó Raddatz. Para los autores, esta sincronía indica que todos los procesos estaban conectados por un mecanismo común: el transporte de aguas frías desde el sur.

Este enfriamiento podría haber sido un paso temprano hacia un cambio mayor en el sistema climático: la Transición del Pleistoceno Medio, cuando las glaciaciones se volvieron más largas e intensas.

Un avance importante, pero con cautela científica

Para Luongo, el hallazgo es valioso porque ayuda a explicar por qué la termoclina del Pacífico ecuatorial es hoy tan fría y tan fresca. Sin embargo, advierte que aún no puede afirmarse con certeza que la causa haya sido exclusivamente el crecimiento del hielo antártico. “Las señales coinciden, pero también podrían haber intervenido otros factores”, señaló.

El equipo de Raddatz planea expandir el análisis a otras cuencas oceánicas y sumar mediciones de nutrientes y carbono, con el objetivo de reconstruir una imagen más completa de cómo evolucionan las aguas de profundidad media.

“Si entendemos estas variaciones”, concluyó Raddatz, “podemos explicar también cómo crecieron y desaparecieron los grandes puntos calientes de biodiversidad en las profundidades marinas”.

Referencia de la noticia

Raddatz, J., Zeeden, C., Kniest, J.F. et al. Quaternary deep-thermocline cooling enhanced by southern Pacific Ocean tunnelling. Commun Earth Environ 6, 822 (2025). https://doi.org/10.1038/s43247-025-02886-x