Calendario del huerto: qué plantar en octubre y cuáles son las tareas del mes

Octubre, ni tan cálido ni tan frío, pero lleno de oportunidades para sembrar, organizar y preparar la tierra. Es el momento ideal para darle fuerza a los cultivos de clima fresco.

Es tiempo de limpiar el huerto, retirar restos de cultivos de verano, controlar malezas y organizar el espacio.

Ya no estamos en el calor del verano, pero tampoco es ese invierno crudo que frena casi todo. Octubre es como un puente, un tiempo en el que la tierra empieza a enfriarse, los días se acortan y la luz cambia. Esa combinación parece insignificante, pero marca muchos cambios en la vida de las plantas y en el trabajo que hacemos quienes cuidamos un huerto.

Octubre no se siente igual en todas partes, mientras en algunos lugares del norte las primeras heladas pueden asomar de madrugada, en el sur aún se respira un calor húmedo que permite jugar con cultivos de clima más benigno. Por eso este mes se vuelve un reto: hay que leer el clima, conocer bien la región y adelantarse un poco a lo que viene.

A nivel agrícola, muchos cultivos de ciclo corto aprovechan el último tirón de calor antes de que llegue el frío más fuerte. Al mismo tiempo, es el arranque de las hortalizas que disfrutan del fresco, esas que en pleno verano se quemarían en cuestión de días. Es un equilibrio que, bien manejado, da como resultado un huerto diverso y productivo.

Y en el huerto casero también es una especie de examen: pone a prueba la organización, la planeación y la paciencia. No es sembrar por sembrar, es pensar qué germina rápido, qué aguanta, qué se va a trasplantar más adelante y qué necesita protección. Y a pesar de todo lo técnico, octubre también se disfruta como un ritual.

El acolchado con hojas secas ayuda a mantener la temperatura del suelo hasta 5 grados más cálida en noches frías.

No solo se trata de elegir las especies correctas, sino de entender cómo el suelo, la humedad y la temperatura se van transformando poco a poco. Cada ajuste, por mínimo que parezca, puede marcar la diferencia entre una cosecha abundante o un fracaso. Es el momento de observar más que nunca.

Qué plantar en el mes de octubre

En este mes se abre la puerta para cultivos de clima fresco, que son los que mejor se adaptan a los días cortos y a las temperaturas más bajas. Entre los más recomendados están las lechugas, espinacas, acelgas, rábanos, zanahorias y coles, especies que aprovechan la humedad y no sufren tanto con la reducción de horas de sol.

Las flores comestibles como la caléndula y los pensamientos también se establecen muy bien en octubre, y además atraen polinizadores cuando menos lo esperas.

Los rábanos, por ejemplo, son perfectos porque germinan en pocos días y en menos de un mes ya puedes estar cosechando. La espinaca necesita un suelo fresco, bien drenado y rico en materia orgánica, y el repollo o la col aguantan sin problemas incluso cuando empieza a refrescar más fuerte.

Otra opción es apostar por leguminosas como habas y chícharos, que fijan nitrógeno en el suelo y además ofrecen cosechas bastante generosas. Si tienes un huerto más grande, el ajo y la cebolla también se siembran en este mes, ya que aprovechan el invierno para desarrollarse lentamente y estar listos en primavera.

Y si buscas variedad, también es un buen momento para plantar aromáticas resistentes como perejil, cilantro y cebollín, que aprovechan el clima fresco para crecer con mejor sabor y menos riesgo de espigarse. Incluso el eneldo y el hinojo pueden establecerse bien en este mes, dándole un toque distinto al huerto y a la cocina.

Tareas clave dentro del huerto

Después de un verano intenso, es probable que esté agotado y necesite un respiro. Aquí es donde entra en juego el abonado orgánico, ya sea con composta, estiércol bien descompuesto o humus de lombriz. Nutrir la tierra en este momento asegura que los cultivos de invierno tengan una base firme.

El drenaje es otro detalle ya que en octubre comienzan las lluvias en varias regiones.

La estructura del suelo también es clave, si está demasiado compacto, conviene airearlo con una horquilla, sin voltearlo demasiado, para no dañar la vida microbiana. El drenaje es otro detalle ya que en octubre comienzan las lluvias en varias regiones, y un exceso de agua puede arruinar los semilleros.

En cuanto al riego, hay que ajustarlo, es verdad que el calor ya no es tan fuerte y la evaporación disminuye, así que se recomienda regar con menos frecuencia pero con mayor profundidad. Esto ayuda a que las raíces crezcan más firmes y la planta sea más resistente al frío.

Octubre es mes de babosas y caracoles, sobre todo en zonas húmedas, así que hay que vigilarlos porque aman las hojas tiernas de los cultivos recién sembrados.

Otro trabajo esencial es la protección contra el frío, por que aunque todavía no llega lo más duro, el invierno se acerca y conviene ir preparando túneles, mallas o cubiertas con plástico ligero para proteger a las plantas más sensibles en caso de heladas tempranas.

El uso de mulching o acolchado es muy recomendable, puede ser con paja, hojas secas, esto mantiene la humedad, protege el suelo del frío y reduce la aparición de maleza. Si tienes poco espacio, el huerto en macetas funciona de maravilla. Solo hay que asegurarse de que los recipientes tengan buen drenaje y suficiente profundidad.

Un mes de acción tranquila, de sembrar con cabeza y de cuidar lo que ya está creciendo, no es tan explosivo como la primavera ni tan exigente como el verano, pero sí tiene su ciencia. Sembrar lo adecuado, preparar bien el suelo y adelantarse al frío son las claves para que el huerto siga dándote satisfacciones.

Y como todo en el campo, no hay recetas mágicas, cada región, cada patio y cada jardinero le pone su toque personal. Lo que vale, es ir aprendiendo, equivocarse de vez en cuando y celebrar cada pequeña cosecha. Al final, eso es lo que hace que un huerto, por pequeño que sea, se convierta en un Edén lleno de enseñanzas.