Convierte tu basura en abono: la guía para hacer composta casera esta primavera
Comenzar a compostar en casa es más fácil de lo que crees. Con restos de frutas, verduras y hojas secas, puedes crear un abono natural que nutre tus plantas, reduce residuos y ayuda al planeta. ¡Manos a la tierra!
Esta primavera es el momento perfecto para darle una nueva vida a tus desechos. Transformar cáscaras, restos de comida y hojas secas en abono natural no solo ayuda al planeta, sino también a tus plantas, tu jardín y hasta a tu bolsillo.
Hacer compost en casa es mucho más simple de lo que parece. No se necesita un jardín enorme ni herramientas especiales: con un poco de espacio, constancia y los materiales adecuados, puedes crear un ciclo natural que convierte la basura orgánica en tierra fértil.
De residuo a recurso: el poder del compostaje
Cada chileno genera cerca de 1 kilo de basura diaria, y más de la mitad es orgánica. Restos de frutas, verduras, hierba, café o cáscaras de huevo terminan en vertederos, liberando gases como el metano, uno de los más contaminantes para la atmósfera.

Pero al compostar, esa historia cambia. La descomposición natural transforma los desechos en humus, un abono oscuro, rico en nutrientes y con olor a bosque húmedo. Es el alimento favorito de las plantas y una alternativa ecológica frente a los fertilizantes químicos.
Además, reducir los residuos orgánicos en casa ayuda a combatir el cambio climático, porque evita que se descompongan sin oxígeno en los basurales, un proceso que genera emisiones de metano y malos olores.
Tu laboratorio natural: cómo empezar tu compost paso a paso
No necesitas grandes equipos ni gastar dinero. Solo sigue estos pasos:
- Elige el lugar: un rincón ventilado y con sombra. Puede ser en el patio, terraza o balcón. Si vives en departamento, usa un balde con tapa o una compostera pequeña.
- Prepara tu base: coloca ramas secas, hojas o cartón trozado. Esto ayuda a la ventilación y evita el exceso de humedad.

- Agrega materiales húmedos (“verdes”): restos de frutas, verduras, yerba, cáscaras de huevo o té.
- Suma materiales secos (“cafés”): hojas, cartón, aserrín o papel sin tinta.
- Remueve cada poco día: así entra aire y se acelera el proceso de descomposición.
- Controla la humedad: debe sentirse como una esponja exprimida, ni muy seca ni muy mojada.
En unas 6 a 8 semanas, tendrás compost listo: oscuro, con textura suelta y aroma a tierra fresca.
Los aliados invisibles: lombrices y microorganismos
En el corazón del compost trabajan miles de microorganismos y lombrices rojas californianas, encargadas de descomponer la materia orgánica. Estos pequeños obreros son fundamentales: aceleran el proceso, eliminan olores y transforman la basura en nutrientes.

Puedes comprarlas en viveros o pedirlas a alguien que ya tenga una compostera activa. En poco tiempo, verás cómo el material se transforma en un sustrato rico que mejora el crecimiento y la floración de tus plantas.
El compost no solo mejora la estructura del suelo, sino que aumenta su capacidad de retener agua y reduce la necesidad de riego. Además, devuelve vida a la tierra al incorporar microorganismos beneficiosos y materia orgánica que las plantas necesitan para crecer sanas.
En los huertos urbanos o maceteros, su uso regular ayuda a fortalecer las raíces y prevenir plagas de forma natural. Es una herramienta clave para una jardinería más sustentable, ideal para quienes quieren vivir en armonía con el medioambiente.
Lo que no debe ir en tu compost
Para evitar malos olores o atraer insectos, hay que tener cuidado con lo que se agrega. No incluyas:
- Restos de carne, huesos o lácteos.
- Aceites, frituras o alimentos cocidos.
- Heces de animales domésticos.
- Plantas enfermas o con hongos.
El compostaje es un proceso vivo: cuanto más equilibrado esté entre materiales secos y húmedos, más limpio y rápido será el resultado.
Comenzar a compostar es una forma sencilla y poderosa de contribuir al planeta. Si cada hogar chileno transformara solo la mitad de sus residuos orgánicos, se evitarían miles de toneladas de basura en vertederos y se generaría abono natural para jardines, plazas y huertos comunitarios.
Esta primavera, dale un nuevo sentido a tus desechos. Convierte tu basura en abono y haz florecer el cambio desde tu hogar.