La planta que crece rápido en maceta, huele delicioso y resiste el calor seco
Hay plantas que cuando llegan a nuestra vida, es difícil imaginar volver a vivir sin ellas. Son útiles, huelen rico, no dan problemas y por si fuera poco, se ven bonitas en cualquier jardín.

Existe una planta que a veces pasa desapercibida por nosotros, pero que en realidad es una verdadera belleza, se le quiere por todo lo que da, por cómo huele, por lo fácil que es cuidarla y sobre todo porque aguanta climas que otras no. Esa planta es el orégano mexicano.
No necesitas que ser experto en plantas para conocerlo, si la comida mexicana es lo tuyo… seguro lo has probado pero algo que tal vez no sabías es que también sirve para muchas otras cosas. Lo puedes tener en maceta, usar para cocinar, hacerte un té o hasta darle un poco de aroma a tu casa sin necesidad de aceites ni velas.
A veces creemos que para tener plantas en casa se necesita mucho espacio, tiempo o conocimiento, pero el orégano mexicano viene a demostrarnos que no es así, es una de esas plantas que prácticamente crecen solas, que no se enojan si te olvidas de regarlas un par de días y que además te lo agradecen con olor, sabor y salud.
Esta planta ha estado en nuestras cocinas desde hace siglos, pero también se ha usado desde tiempos ancestrales para remedios caseros, jardines, mercados y hasta en las pláticas entre abuelas. Tiene historia, tiene presencia, y tiene un lugar bien ganado en la cultura popular mexicana.

Así que si vives en un lugar donde el calor siempre esta presente, donde tengas poco espacio pero tengas muchas ganas de tener una planta fácil de cuidar y útil, el orégano mexicano puede ser la respuesta, así que vamos a conocerlo a fondo y ver por qué deberías tenerlo ya mismo en tu huerto.
Aroma, sabor y salud
El orégano mexicano es una de esas plantas que son generosas. No necesitas tener un jardín enorme ni ser un experto en jardinería, con que lo pongas en una maceta mediana, de unos 20 o 25 cm de profundidad, y te asegures de que el agua se filtre bien, ya estás del otro lado. Eso sí, no le gusta que lo riegues de más, mejor poca agua pero constante.
Algo que enamora de esta planta es que no es tan delicada, aunque se le vayan algunas hojas o le toque mucho sol, el orégano mexicano resiste. De hecho, le encanta el sol directo, así que si lo tienes en una ventana o en la azotea, te lo va a agradecer con más aroma y más hojas.
Aunque si aun no estas convencido, seguramente con oler su aroma estarás más seguro de sembrarlo, no tiene un olor suave, es un aroma intenso, fuerte, pero muy rico, ee aroma que suelta cuando rozas las hojas con los dedos o cuando lo cortas para cocinar, es una delicia.
Se usa bastante en la cocina mexicana, añadiéndolo a frijoles, salsas, caldos, o hasta en carnes al horno. Y lo mejor de todo es que no necesitas poner mucho, porque el sabor se nota de manera inmediata. Incluso hay gente que prefiere el orégano seco porque el sabor se vuelve más concentrado.

Sus hojas son carnosas, como si se tratara de una suculenta… y eso le ayuda a retener humedad. Entonces aunque no la riegues diario, no se marchita tan fácil. Aunque si llueve mucho o si la riegas en exceso, puede empezar a desarrollar raíces podridas u hongos, así que mejor que se quede seca a que esté encharcada.
Además de su aroma y saboro, el orégano mexicano también se usa como remedio casero desde hace años. Las abuelitas ya sabían de sus propiedades medicinales, que sirven para muchas cosas y lo usaban sin complicarse tanto. Una infusión de orégano puede ayudarte si tienes tos, gripe o dolor de estómago.
También se ha usado para aliviar dolores musculares, para bajar inflamaciones y hasta como antiséptico natural. Hay estudios que dicen que contiene cosas como carvacrol y timol, que ayudan a combatir bacterias y hongos y lo mejor es que no necesitas nada complicado: solo cortar unas cuantas hojas, hervirlas y tomar el agua.
El toque verde que le faltaba a tu jardín
El orégano mexicano se reproduce muy fácil, si ya tienes una planta, puedes sacar otras nuevas sin necesidad de comprar semillas. Solo cortas una pequeña rama, le quitas las hojas basales y la pones en agua o directo en tierra húmeda, en unos días empezara a echar raíces.
Si la podas un poco, crece más frondosa, si la trasplantas a una maceta más grande, se pone contenta y si la compartes con alguien más, seguro lo va a agradecer. Puedes tener varias macetas y ponerlas en diferentes rincones de la casa para que huela en cada rincón.
Aunque no es una planta de flores llamativas, el orégano mexicano tiene hojas que lucen bastante, su forma compacta, su aroma constante… todo eso le da un aire especial. Se ve bien en la cocina, en el balcón o en el patio. Y si lo dejas florecer, te va a dar unas flores pequeñas, blancas o lilas, que atraen polarizadores.
El orégano mexicano es de esas plantas que lo tienen todo, si le das un poco de sol, agua de vez en cuando y un poco de cariño, te va a responder con sabor, olor y salud. Es de esas plantas que te hacen sentir bien. Porque tener algo vivo creciendo contigo, que además puedes usar y compartir, tiene algo especial.