Tan bella como fácil de cuidar: la enredadera que llena de color tu jardín en julio

Julio es sinónimo de lluvias y calor pero también de jardines llenos de color cuando tienes esta enredadera, que no solo es bonita, sino tambien muy fácil de cuidar.

Si estás buscando una opción que combine belleza con practicidad, esta puede ser una excelente candidata.

La jardinería además de ser una práctica estética, también es una forma de desconectarnos de lo cotidiano y conectar con lo natural, y en ese proceso existen plantas que se roban nuestra atención sin pedir permiso. Algunas lo hacen por sus flores, otras por sus formas raras o aromas, pero hay una que combina varias de estas cualidades.

En medio del verano, cuando muchas plantas sufren por el calor, existe una enredadera que lo aprovecha para florecer. Esta trepadora tiene flores en forma de campana y un crecimiento intenso que la convierten en protagonista de muros, rejas y balcones. Sus flores se abren con el primer sol del día y se cierran en la tarde.

La conocen con muchos nombres, pero los más conocidos son Ipomoea, campanita, gloria de la mañana o Don Diego de día, Nombres que ya de entrada nos dan pistas sobre sus características. Algunos le llaman por cómo se ve, otros por el momento del día en que muestra sus flores, y otros más por una mezcla de ambas cosas.

Lo interesante es que no requiere cuidados intensivos ni conocimientos técnicos avanzados. Es, por decirlo de manera simple, una planta agradecida y eso la vuelve ideal para quienes desean añadir color, movimiento y frescura a sus espacios sin complicarse en exceso.

Este tipo de enredadera o planta trepadora resulta ideal para quien busca adornar estructuras en sus terrazas.

La Ipomoea tiene una historia larga y variada. Su origen se remonta a regiones tropicales de América, y en algunas culturas mesoamericanas, ciertas especies silvestres eran utilizadas con fines rituales, sus semillas eran valoradas por sus efectos alucinógenos en ceremonias y rituales.

Cómo cuidar esta planta sin morir en el intento

La Ipomoea es un género de plantas trepadoras que pertenece a la familia Convolvulaceae. Aunque hay más de 500 especies, una de las más comunes en jardines es Ipomoea purpurea, la que solemos llamar campanita, gloria de la mañana o Don Diego de día caracterizada por sus flores acampanadas que se abren al amanecer y se cierran durante el transcurso del día.

Estas flores pueden encontrarse en distintos tonos de azul, morado, blanco, rosa o combinaciones de ellos.

Un dato interesante y poco conocido es que algunas especies tienen usos tradicionales, incluso medicinales, aunque hay que tener cuidado porque las semillas de algunas variedades contienen sustancias tóxicas si se ingieren en grandes cantidades, por lo que es importante mantenerlas fuera del alcance de niños o mascotas.

Una de las principales razones por las que la Ipomoea es tan popular es su bajo nivel de exigencia. Es una planta resistente, adaptable y de rápido crecimiento. Aun así, algunos cuidados básicos pueden marcar la diferencia para obtener una floración intensa y duradera.

La Ipomoea necesita luz solar directa, al menos cinco o seis horas al día. Este es quizás el factor más determinante para que florezca con plenitud. En condiciones de sombra, su crecimiento puede mantenerse, pero la producción de flores se reduce notablemente.

En cuanto al riego, prefiere los suelos bien drenados y se debe de evitar a toda costa los encharcamientos, ya que un exceso de humedad puede provocar la pudrición de las raíces, por eso lo ideal es regar cuando el sustrato esté seco al tacto, especialmente en macetas.

En climas cálidos, puede mantenerse activa durante gran parte del año pero si el invierno es muy frío, funcionará como una planta anual

Por ser una planta de tipo trepadora, necesita de un soporte donde pueda extenderse y desarrollarse libremente, como rejas, pérgolas, alambres o incluso árboles. Aunque puede crecer de forma espontánea, es recomendable guiarla en sus primeras etapas para que cubra las zonas deseadas de manera armónica.

Respecto a la nutrición, no necesita fertilización constante. Sin embargo, si quieres tener una floración más abundante, aplicar un fertilizante líquido una vez al mes puede mejorar sus resultados, también puedes ir podando las partes secas o controlar su crecimiento si se te empieza a salir de control.

¿Vale la pena tenerla en casa?

Esta planta tiene un reloj biológico interesante, us flores se abren temprano en la mañana, justo cuando el sol empieza a salir, y se cierran al mediodía o por la tarde, dependiendo del clima. Florece sobre todo entre junio y agosto, siendo julio el mes donde normalmente alcanza su punto máximo.

Funciona como cobertura natural, llena espacios vacíos, da privacidad si la usas como muro verde y atrae polinizadores como abejas y mariposas

Además de su valor ornamental, la Ipomoea tiene varias funciones prácticas. Funciona como cobertura natural, llena espacios vacíos, da privacidad si la usas como muro verde y atrae polinizadores como abejas y mariposas, lo que siempre es bueno para el jardín.

Otra ventaja importante es su adaptabilidad. Puede sembrarse en el suelo directamente o en macetas grandes, siempre que tenga espacio para crecer en vertical. Y como no requiere de un mantenimiento excesivo, es ideal tanto para personas con experiencia como para quienes están iniciando en la jardinería.

Si buscas una planta decorativa, alegre y que no te ponga a prueba todos los días, esta es una gran opción. Además, puedes tenerla en macetas grandes, directamente en el suelo o incluso en estructuras colgantes. Lo mejor de todo es que en poco tiempo notarás resultados, es una planta agradecida y veloz.

A veces creemos que tener un jardín bonito requiere mucho tiempo, experiencia o presupuesto. Pero plantas como esta nos demuestran lo contrario. Con luz, algo de agua y un lugar donde trepar, ella hace todo lo demás y justo en julio, su esplendor es difícil de ignorar.