Arándanos peruanos: ¿Un deleite o un desastre ecológico?

En Perú, el arándano, esa fruta estrella de nuestros supermercados, tiene un alto costo humano y ambiental. Descubra por qué.

En tan solo unos años, los arándanos peruanos se han convertido en un pilar de las exportaciones agrícolas mundiales.
En tan solo unos años, los arándanos peruanos se han convertido en un pilar de las exportaciones agrícolas mundiales.

En nuestros supermercados se presentan en bandejas brillantes, promocionadas por sus propiedades antioxidantes y su delicado sabor. Azul, redondo, dulce y de moda, el arándano se ha convertido en el icono de la “alimentación saludable”. Pero ¿sabemos realmente de dónde viene, a qué precio y en qué condiciones?

Una historia de éxito...¿para quién?

Desde 2012, Perú se ha convertido sorprendentemente en el mayor exportador mundial de arándanos. En una década, la superficie cultivada se ha decuplicado, alcanzando las 20,000 hectáreas, el triple del tamaño de Ciudad de México, para una producción anual de 200,000 toneladas, generando 1,000 millones de dólares en ingresos.

El crecimiento es tal que es comparable al de Bitcoin. En 2023, pese a un año negro para la agricultura peruana, el sector del arándano generó más de mil millones de dólares, dando trabajo a 125 mil personas.

Un éxito industrial impulsado por figuras como Carlos Gereda, pionero del arándano peruano, quien vio en el microclima templado de la costa una oportunidad única para producir en contraestación, cuando los competidores norteamericanos no podían cumplir.

Trabajadores agrícolas bajo presión

Pero detrás de la innovación agrícola, la realidad sobre el terreno es mucho menos optimista. Julisa González Marichi, una recolectora de 42 años de la provincia de Virú, recoge estas bayas por 15 a 25 dolares al día, bajo un Sol implacable y en el polvo del desierto costero. Ella sólo los come en los campos. En su casa no hay ninguno.

Las condiciones son duras, la vivienda es precaria y los salarios a menudo son insuficientes para mantener a una familia. En 2020, en el Barrio Chino de Ica, los trabajadores agrícolas se levantaron contra un régimen que describieron como "esclavitud”.

A pesar de obtener una bonificación legal del 30 %, a cambio se eliminaron muchas bonificaciones. Los trabajadores, a menudo jóvenes y padres, viven en barracones superpoblados, donde el agua corriente es un lujo y la privacidad es inexistente.

Una industria que consume mucha agua

El coste social es alto, pero el coste ecológico no lo es menos. Porque cultivar frutas que requieren mucha agua en zonas áridas no está exento de consecuencias. Los arbustos de arándanos se riegan por goteo, pero aún así consumen entre 6,000 y 14,000 m3 de agua por hectárea al año, el equivalente a entre 2 y 6 piscinas olímpicas.

Si bien algunas fincas, como la de Don Ricardo, están experimentando con sistemas de recarga circular de aguas subterráneas, la mayoría dependen de aguas subterráneas ya agotadas.

En La Libertad, el megaproyecto de irrigación Chavimochic desvía el río Santa de los Andes. En otros lugares, como en Ica, el agua subterránea se está agotando. Las lluvias son escasas, el río Ica está casi seco y los pozos son cada vez más profundos.

Por la justicia climática y social…

El arándano peruano encarna las paradojas de la agricultura globalizada: una fruta considerada un superalimento, cultivada intensivamente en el desierto, recogida por mujeres mal pagadas, enviada por avión y envuelta en plástico. Para terminar en nuestros platos, muchas veces sin que sepamos de dónde viene.

Entonces, ¿deberíamos dejar de comer arándanos peruanos? La respuesta no es tan sencilla. Para miles de familias, este sector sigue siendo un medio de supervivencia. Pero es urgente revisar las condiciones de producción: salarios dignos, gestión justa del agua, derechos sociales respetados. Como consumidores, tenemos un papel que desempeñar: exigir más transparencia y promover productos procedentes de fuentes sostenibles y responsables.

Referencia de la noticia:

Myrtilles du Pérou: les dessous amers du fruit star de nos supermarchés. (25 mai 2025) GEO.fr