Hallerbos: el bosque donde los deundes hacen picnic y el suelo florece de azul
Durante unas semanas cada año, este bosque se transforma en un lugar extraordinario. Si quieres verlo para creerlo, ahora es el momento de ir.

A unos 30 minutos de Bruselas, hay un lugar que parece salido de un sueño. Se llama Hallerbos, pero muchos lo conocen como el Bosque Azul. Y el nombre no es casualidad.
Es como si alguien hubiera esparcido pintura azul entre los árboles, pero en este caso fue la naturaleza la que lo hizo por sí sola.
¿Curioso?
Imagina que un día de estos te despiertas una mañana de primavera y decides hacer algo diferente. En lugar de tomarte otro café en la terraza o un maratón en el sofá, coge tu chaqueta ligera, prepárate un sándwich de queso y dirígete al aeropuerto. ¿El destino? Una de las atracciones naturales más bellas de Bélgica.
Luego de llegar al aeropuerto de Bruselas, sólo basta emprender un viaje en tren y autobús para llegar al umbral de un mundo encantado.
La última parte de la ruta implica otra hora y algo de planificación, pero al final valdrá la pena cada minuto. ¿Por qué? Porque cuando llegues a tu destino te encontrarás con un suelo que parece pintado por hadas con pinceles mojados en pintura azul violeta. ¿Y la mejor parte? La entrada es totalmente gratuita.
Bienvenido a Hallerbos, también conocido como el Bosque Azul.
Pero tranquilos, esto no es un invento sacado de una película de Disney. Es real. Y esto sucede todos los años.
Una explosión azul en el centro de Bélgica
Hallerbos —situado en el municipio de Halle, en la región de Flandes— es un bosque de aproximadamente 552 hectáreas. Aunque es bello todo el año, es en primavera cuando se transforma en una auténtica estrella de la naturaleza.

Es en esta época cuando millones (sí, millones) de jacintos silvestres, las famosas campanillas azules, cubren el suelo del bosque, creando una alfombra azul que parece desafiar las leyes de la realidad. Sí, sabemos que este fenómeno no es raro en Europa —se pueden ver bosques similares en Francia, Irlanda y Gran Bretaña—, pero la densidad y la belleza de las flores en este lugar son únicas. No es de extrañar, por tanto, que atraiga a cientos de turistas cada año.
De hecho, éste es el momento adecuado para viajar allí. El fenómeno ocurre generalmente entre mediados de abril y principios de mayo, cuando los árboles, todavía con hojas tiernas, dejan entrar suficiente luz para que las flores florezcan en masa.
Hallerbos es un bosque con historia antigua. Se menciona en documentos ya en el año 686 y, a lo largo de los siglos, fue tierra de caza para nobles y escenario de batallas silenciosas entre el hombre y la naturaleza. Durante la Primera Guerra Mundial, muchos de sus árboles fueron talados por las tropas alemanas. Pero los jacintos continuaron floreciendo. Entre 1930 y 1950, el bosque fue reforestado con dedicación y hoy está más vivo que nunca.
Y, por supuesto, la alfombra azul es el centro de atención, pero Hallerbos tiene mucho más que ofrecer. El bosque está lleno de hayas, robles, fresnos, secuoyas y alerces, y es un verdadero santuario de vida silvestre. Si tienes suerte (o caminas en silencio), podrás encontrarte con ciervos, zorros, ardillas, liebres y más de 100 especies de aves.
No te preocupes, hay muchos senderos, todos bien señalizados y accesibles, ideales para realizar tranquilas caminatas, paseos en bicicleta e incluso paseos a caballo a la antigua usanza. También hay zonas de picnic donde poder tomar un refrigerio con tranquilidad… siempre y cuando no te importe compartir el paisaje con una multitud de fotógrafos, todos a la caza de la foto perfecta.
Aún así, te sugerimos que planifiques tu visita como un auténtico explorador de cuento de hadas. El tiempo de floración varía ligeramente cada año dependiendo del clima. Para evitar el riesgo de llegar demasiado temprano (o demasiado tarde), te recomendamos que consulte el sitio web oficial de Hallerbos, que actualiza periódicamente el estado de floración con fotografías y boletines visuales.
Respetar el bosque es parte de la magia
Pero no te preocupes, porque antes de empezar a saltar entre los árboles con la facilidad de un elfo, es buena idea conocer algunas reglas. Por muy tentador que sea, no está permitido pisar las flores ni desviarse de los caminos. Y, por supuesto, nada de recoger un souvenir con forma de jacinto.
Y luego, no hay nada mejor que terminar el día en una terraza de Halle con una cerveza artesanal. En total, existen más de 400 tipos en el país. Mientras bebes, piensa en esto: quién sabe, ¿tal vez esas figuras entre los árboles no eran en realidad duendes? ¿O quizás elfos?

Hallerbos es precisamente eso: un lugar donde la realidad y la fantasía van de la mano. Así que mantén los ojos bien abiertos, el teléfono cargado (créeme, querrás tomar fotos) y un poco de espíritu infantil en el bolsillo.