Nuevo estudio muestra cómo los castores pueden revolucionar los ecosistemas de agua dulce y combatir el cambio climático
Una nueva investigación muestra cómo los castores, al construir presas y humedales, transforman y fortalecen la resiliencia de los ecosistemas frente a sequías, incendios y el cambio climático.

En la ribera tranquila de un arroyo, un castor trabaja sin prisa. Coloca ramas, barro y hojas con una paciencia que desarma cualquier noción humana de urgencia. Y así, bajo esa calma y aparente simplicidad, se está construyendo una obra maestra de ingeniería natural.
Después de sobrevivir a siglos de caza, pérdida de su hábitat y enfermedades, los castores norteamericanos están reapareciendo, trayendo beneficios tanto para los humanos como para la naturaleza. Considerados ingenieros de ecosistemas, son famosos por su capacidad de construir presas y madrigueras, alterando el paisaje y creando nuevos humedales.
A menudo reciben mala reputación cuando sus presas inundan un campo de granjeros o bloquean el drenaje de una carretera concurrida. Pero lo cierto es que su capacidad de construcción dinámica y rápida de presas los convierte en verdaderos genios de la gestión natural de las cuencas.
Allí donde levanta sus estructuras vegetales, crean estanques frescos que fomentan la biodiversidad, elevan el nivel freático, mejoran la calidad del agua e incluso limitan la propagación de incendios forestales. Frecuentemente, el construir múltiples represas dentro de un área, crea una red de humedales de agua superficial y vegetación conocida como complejos de humedales de beaver.

En un nuevo estudio publicado en Communications Earth & Environment, investigadores de la Universidad de Stanford han mapeado miles de estas estructuras en el oeste de Estados Unidos. ¿El objetivo? Convertirlas en una herramienta estratégica y práctica que utilice a la naturaleza para resolver problemas actuales del agua y el clima.
Aprender de los expertos
Los castores están haciendo naturalmente muchas de las cosas que estamos tratando de hacer como humanos para manejar los corredores fluviales. Los humanos construyen una estructura, la dejan allí, y esperan que dure muchas décadas. Mientras, los castores construyen pequeñas y diminutas presas donde lo necesitan y manejan con flexibilidad lo que pasa con el agua en su entorno.

Y parece que los castores más que solo fauna silvestre; pueden convertirse en aliados estratégicos en la construcción de paisajes más resilientes, capaces de resistir sequías, incendios y otros impactos del cambio climático. ¿Y si aplicamos ese conocimiento para guiar la reintroducción de castores en zonas estratégicas?
Objetivos y conclusiones del estudio
Se analizaron 1,917 presas de castor con imágenes aéreas de alta resolución del Programa Nacional de Imágenes Agrícolas (NAIP). Cada una fue clasificada y asociada a factores clave que influyen en su longitud y el área del estanque. Este análisis permite la creación de modelos predictivos para identificar, antes de cualquier intervención, dónde un castor podría generar el mayor impacto positivo.
Uno de los factores es la altura de la vegetación ribereña: zonas con arbustos y árboles maduros tienden a tener ciénagas más grandes. Probablemente, porque el castor dispone de más material para reforzar su presa y la cobertura vegetal protege las orillas de la erosión. Otro factor clave es la energía del flujo del agua. En arroyos con menor energía, flujo más suave, las presas resisten más y retienen mayor cantidad de agua, ampliando la ciénaga.
De ciencia a manejo territorial
Este estudio no se limita a describir condiciones ideales. Lo interesante es que aplica ese conocimiento para guiar la reintroducción de castores en zonas estratégicas. Una visión en pos de fomentar soluciones basadas en la naturaleza. ¿Y si en vez de construir costosas infraestructuras, aprovechamos el trabajo de una especie que ha perfeccionado su oficio durante millones de años?
Pero, ¡OJO! Pese al potencial de resiliencia y restauración de humedales, la actividad de castores también puede traer problemas para las comunidades cercanas, al reducir el flujo de agua y alterar ecosistemas frágiles o especies sensibles. Incluso son considerados plagas en algunos sitios, debido a que sus presas pueden causar inundaciones o por su peligroso hábito de talar árboles.
Como toda estrategia, tiene pros y contras que deben considerarse a conciencia. La propuesta de reintroducir castores en zonas estratégicas requerirá monitoreo continuo, un manejo adaptativo y la guía de la ciencia que evalúe sus consecuencias a lo largo del tiempo.
Pero lo cierto es que nos queda una moraleja alentadora. La resiliencia climática no siempre requiere soluciones tecnológicas complejas y costosas. A veces, puede que baste con restaurar procesos ecológicos que ya funcionaban antes de nuestra intervención.
Referencias de la noticia
Factors influencing surface water accumulation in beaver pond complexes across the Western United States. 2025. Luwen Wan, Emily Fairfax y Kate Maher. Communications Earth & Environment V. 6
How reintroducing beavers can enhance ecological health. 11 de agosto de 2025. Stanford Report.