Científicos han descubierto el río más negro del mundo
Durante un viaje de exploración para estudiar el ciclo del carbono de la cuenca del Congo, investigadores encontraron el río Ruki y se encontraron con una peculiar característica, sus aguas muy oscuras.
Un grupo de investigadores publicaron recientemente un estudio en la revista Limnology and Oceanography de Suiza, acerca del ciclo de carbono en la cuenca del Congo y se encontraron con uno de sus afluentes, el río Ruki, descubriendo una asombrosa sorpresa. Dentro de sus particularidades vieron que este río tenía las aguas muy oscuras, incluso más que el mismo río Negro en el Amazonas.
Las comparaciones con otros grandes ríos tropicales muestran que el Ruki puede ser incluso el río de aguas negras más oscuro de la Tierra. Los Investigadores quedaron asombrados con el color, ya que literalmente no pudieron ver sus manos al ingresarlas al agua. ¿Cómo ocurre esto?
¿Por qué el agua del río Ruki es tan negra?
El agua del río Ruki es de color negro debido a la gran cantidad de material orgánico disuelto que contiene y a la baja pendiente del río que hace que haya casi nada de sedimentos.
Este río se encuentra en la selva amazónica y es alimentado por las precipitaciones que caen sobre la vegetación muerta y en descomposición. Durante la época de lluvias, el río inunda el bosque y el agua puede tardar semanas en retirarse lentamente, tiempo durante el cual disuelve sustancias orgánicas.
Según el investigador de la ETH Zurich, Travis Drake, "El Ruki es esencialmente té de la selva". Sin embargo, esta característica podría ser también negativa, ya que la presencia de estas sustancias orgánicas en el agua, puede tener un impacto en la flora y fauna del río y en los seres humanos que dependen de él para su sustento.
Otras particularidades del río Ruki
El río Ruki es un verdadero tesoro de la naturaleza. Sus aguas oscuras y su ancho de un kilómetro lo hacen único en su especie. Su cuenca de drenaje es cuatro veces más grande que Suiza y está cubierta por bosques lluviosos primarios vírgenes de tierras bajas. A lo largo del río, existen turberas que contienen grandes cantidades de material vegetal muerto sin descomponer, lo que las convierte en importantes sumideros de carbono.
Aunque la cuenca del Ruki representa solo una vigésima parte de toda la cuenca del Congo, es responsable de una quinta parte del carbono orgánico disuelto. El análisis de isótopos de carbono que se realizó en el estudio, muestra que la mayor parte del carbono proviene de la vegetación forestal y no de las turberas.
Por otra parte, es importante destacar que las turberas de la cuenca del Congo deben permanecer siempre en un estado húmedo, ya que también almacenan una gran cantidad de carbono y los cambios en el uso del suelo podrían alterar el flujo del río provocando la sequedad de las turberas, lo que liberaría una enorme cantidad de CO₂.
El ciclo del carbono en la cuenca del Congo se viene estudiando desde 2008, incluyendo el río Ruki y otros afluentes como el Kasaí y el río Fimi, concluyendo que el Congo es uno de los sistemas fluviales tropicales más relevantes de la Tierra, el cual transporta enormes cantidades de carbono al mar.