El loco plan para detonar una bomba nuclear en la Luna
Explotar en la superficie de la Luna una bomba de hidrógeno tan potente que nadie en el Kremlin pudiera ignorar su inmenso resplandor. Este fue el objetivo que Estados Unidos se impuso durante la Guerra Fría como medida disuasoria contra los adversarios soviéticos.

Para intentar comprender qué motivó una idea tan disparatada, es necesario contextualizarla en el período de la llamada «Guerra Fría».
La Guerra Fría
La «Guerra Fría» es un período histórico que abarca desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta 1989, con la caída del Muro de Berlín. Fue un período de gran tensión entre Estados Unidos y la Unión Soviética (la entonces URSS), caracterizado por la oposición política e ideológica, pero que nunca desembocó en un conflicto militar directo.
Fue un largo período en el que la paz, o mejor dicho, la ausencia de guerra, se mantuvo recurriendo a la disuasión militar, en particular a la disuasión nuclear. Ambas potencias se embarcaron en una carrera armamentista nuclear, acumulando cada vez más ojivas nucleares para disuadir al enemigo de llevar a cabo actos de agresión.
La Guerra Fría duró unos 40 años, con periodos en los que la Unión Soviética parecía tener supremacía, alternados con periodos en los que Estados Unidos parecía ostentarla.
El proyecto A119, o una explosión nuclear "espectacular" en la Luna
Y fue precisamente alrededor de la década de 1950 cuando, especialmente para la opinión pública estadounidense, pero también para la mundial, la Unión Soviética parecía una potencia indiscutible. Estados Unidos, más por desesperación que por cualquier otra cosa, inició el proyecto A119, encomendado a la Fundación para la Investigación de Blindados.
El objetivo del proyecto era detonar una bomba de hidrógeno en la superficie lunar, exactamente en la línea divisoria (denominada "línea de terminación") entre la zona iluminada y la zona sombreada, con tal potencia que produjera un destello visible para todos en el Kremlin.
Fue una auténtica demostración de fuerza cuyo objetivo era asustar al enemigo, siempre con fines disuasorios.
Cabe recordar que en 1955, solo tres años después de Estados Unidos, la URSS también detonó su primera bomba H; y que en 1957 lanzó el Sputnik I, el primer satélite artificial en orbitar la Tierra. Impulsados por estos y otros éxitos soviéticos, Estados Unidos pensó en este loco proyecto.

El proyecto A119 fue clasificado como "alto secreto" y, curiosamente, su descubrimiento está vinculado a una figura de renombre, uno de los astrónomos, astrofísicos, astrobiólogos y astroquímicos más famosos del siglo XX: Carl Sagan.
Pues sí, Carl Sagan participó en este proyecto tan disparatado. Conocimos el proyecto A119 y su participación de una forma inusual. El joven Sagan, al solicitar un puesto en una universidad estadounidense, mencionó el proyecto A119 y su participación, cuyo objetivo era estudiar cómo una explosión nuclear podría utilizarse para revelar moléculas orgánicas en la superficie lunar.
Resulta interesante y curioso cómo los soviéticos, independientemente de su origen estadounidense, llegaron a la misma idea disparatada con el proyecto E4.
Un proyecto que no se materializó
No está claro por qué ambos proyectos no se materializaron debido al nivel de sigilo. La explicación más probable es el riesgo para ambas potencias de que el dispositivo destinado a la Luna pudiera caer a la Tierra, creando, según describieron, "un posible incidente internacional altamente indeseable".
Fue más tarde, en 1969, con el alunizaje, que Estados Unidos estableció su supremacía en el espacio.
Referencia de la noticia:
- Sagan breached security by revealing US work on a lunar bomb project Reiffel, L. Nature 405, 13 (2000). https://doi.org/10.1038/35011148