El jardín de las tres hermanas o cómo plantar siguiendo las enseñanzas de pueblos indígenas

Combinar diferentes cultivos usando estos conocimientos ancestrales garantizará el éxito de tu huerto. Pero, ¿Sabes qué tipos de plantas utilizar para que generen una simbiosis perfecta? ¿Y cómo preparar la tierra? En este artículo te damos las claves.

Cultivo
La simbiosis perfecta entre el maíz, el guisante y la calabaza.

Cuenta la leyenda, que una fría noche de invierno, tres misteriosas mujeres llegaron a un humilde poblado. Una iba vestida de color amarillo, otra de verde y la última de naranja.

Los lugareños compartieron con ellas los pocos alimentos de que disponían debido a la mala cosecha de ese año. Agradecidas por su generosidad, las tres mujeres desvelaron su verdadera identidad y se entregaron a la comunidad transformándose en tres semillas distintas -de maíz, guisante y calabaza- para que nunca más pasaran hambre.

Este cuento explica un modo de cultivo tradicional conocido como “milpa”, utilizado por varias culturas indígenas en Mesoamérica desde tiempos ancestrales, especialmente por civilizaciones como los mayas, los aztecas y otros pueblos originarios de la región, y se ha mantenido vigente generación tras generación.

La palabra milpa proviene del náhuatl (lengua indígena hablada originalmente por pueblos náhuas asentados en América Central ), y consiste en intercalar cultivos complementarios en un claro ejemplo de agricultura sostenible y simbiótica. En este caso, el maíz actúa como soporte para la planta trepadora del guisante, esta enriquece el sustrato al fijar nitrógeno, y las grandes hojas de la calabaza ayudan a suprimir malezas y retienen la humedad en el suelo.

Mucho más que un sistema agrícola

La milpa es mucho más que un sencillo método agrícola. Está arraigada en la cultura y en la historia de las comunidades indígenas, y ha sido transmitida como una forma de vida para preservar la biodiversidad y los conocimientos tradicionales sobre el manejo sostenible de la tierra y los recursos naturales.

De este modo, aprovecha la sinergia entre las diferentes plantas para mejorar la productividad y la salud del suelo.Veamos algunas características claves de la milpa.

Diversidad de nutrientes

La siembra de varias especies juntas genera interacciones positivas que garantizan una tríada de nutrientes perfecta: los carbohidratos del maíz, las proteínas de los guisantes y las vitaminas de la calabaza.

Sostenibilidad

Resulta un sistema sostenible a largo plazo. La rotación de cultivos y la diversidad de plantas ayudan a mantener la fertilidad del suelo, evita su degradación y previene el agotamiento de los nutrientes necesarios para las diferentes especies vegetales, que tienen necesidades nutricionales distintas.

Respeto por la naturaleza

Este método de cultivo está estrechamente ligado a la concepción que los grupos sociales tienen de su entorno natural y social inmediato, y ahonda en prácticas ancestrales de respeto hacia la tierra y la naturaleza.

¿Cómo hacer tu propio jardín de las tres hermanas?

Ahora que ya conoces el secreto del jardín de las tres hermanas, ¿Qué te tal si te animas a probarlo en tu pequeño huerto? Te lo explicamos paso a paso.

Una buena ubicación

Elige una zona que reciba al menos 6 horas de luz solar al día y que sea lo suficientemente amplia para que las plantas se desarrollen adecuadamente. Bastará con 3 metros de largo por 3 de ancho.

      Analiza el pH de la tierra

      En cualquier tienda de jardinería o vivero, hazte con un kit para analizar el pH de la tierra, lo ideal es que sea ligeramente ácido o neutro (entre 5,5 y 7).

      Si es necesario, modifica el suelo antes de plantar para que tenga el pH adecuado. Puedes aumentarlo usando cenizas de madera (que contienen potasio, calcio, y pequeñas cantidades de fosfato y boro); o disminuirlo agregando azufre.

      La importancia de la fertilización

      Añade nutrientes al suelo con abonos orgánicos. Escoge las variedades de plantas (mejores autóctonas) que van a combinar entre estos tres grupos:

      • Maíz, preferentemente dulce.
      • Guisantes, frijoles o judías trepadoras.
      • Calabaza, zapallitos o calabacines.

      La siembra

      Utiliza las manos para empujar y crear montículos de tierra de entre 30 cm de alto y 90 de ancho, y aplana la parte superior. Debe haber una distancia de 90 a 120 cm entre cada montículo. Planta el maíz en el montículo central, las judías a su alrededor y las calabazas alrededor de estas.

      Y recuerda, desde un punto de vista antropológico, las tres hermanas nos hacen valorar la importancia de respetar el saber ancestral. Son una hermosa muestra de reciprocidad en la naturaleza y de la riqueza de la diversidad y sus conexiones.