Los mamíferos de Sudamérica sobrevivieron a una extinción masiva que arrasó con los animales en otros continentes
En América del sur, la transformación de mamíferos se dio en “cámara lenta”, gracias al papel clave que jugó la cordillera de los Andes en la permanencia de las especies.

Hace unos 34 millones de años, la Tierra atravesó uno de los enfriamientos más drásticos de su historia. Fue un punto de quiebre en el clima del planeta: se formó el casquete polar antártico, los ecosistemas se modificaron por completo y en muchas regiones del mundo, como Europa (que en esa época era Laurasia), los mamíferos desaparecieron en masa.
Pero Sudamérica vivió otra historia.
Un equipo internacional de científicos, con participación de investigadores del CONICET, analizó miles de fósiles y reconstruyó la evolución de los mamíferos sudamericanos durante ese período crítico. El resultado fue sorprendente: no hubo una extinción masiva como se esperaba. En lugar de un colapso abrupto, los cambios se dieron de manera lenta y gradual, a lo largo de millones de años.
El hallazgo fue publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS), una de las más prestigiosas en ciencia a nivel global.
¿Por qué no se extinguieron?
Una de las claves del fenómeno está en la geografía. Justo en ese período, comenzaba a elevarse la cordillera de los Andes. Este levantamiento no sólo cambió el paisaje: también modificó rutas de dispersión, creó nuevos hábitats y generó refugios naturales que ayudaron a preservar la biodiversidad.
“El surgimiento de los Andes jugó un papel central en las dinámicas de diversidad de los mamíferos sudamericanos”, explicó François Pujos, investigador del IANIGLA-CONICET. Este factor geológico, sumado a condiciones climáticas particulares del continente, permitió que las especies se adaptaran con el tiempo, en lugar de desaparecer súbitamente.
Una transición sin huellas de catástrofe
Los investigadores se propusieron responder una pregunta concreta: ¿cómo impactó la gran transición climática entre el Eoceno y el Oligoceno en los mamíferos de Sudamérica?
Usando modelos estadísticos avanzados y un análisis exhaustivo del registro fósil del continente, concluyeron que no hubo una señal clara de extinción masiva. “Nos sorprendió bastante”, reconoció Lucas Buffan, paleontólogo del Instituto de Ciencias Evolutivas de Montpellier y primer autor del trabajo. “Identificamos una reestructuración faunística, sí, pero fue progresiva, sin el patrón típico de una extinción global”.

En Gondwana, y especialmente en la región que hoy ocupa Sudamérica, el cambio de temperaturas y ecosistemas ocurrió de forma mucho más paulatina. De hecho, el recambio de especies no fue inmediato: transcurrieron cerca de 4 millones de años entre el Eoceno medio y la renovación faunística que se consolidó recién en el Oligoceno.
Este patrón contrasta de forma clara con lo que ocurrió en otras partes del mundo, como Europa o América del Norte, donde la caída de las temperaturas se tradujo en una pérdida acelerada de especies.
Trópicos: los grandes refugios evolutivos
Otro hallazgo importante del estudio es la diferencia entre las zonas tropicales y extratropicales del continente. Mientras que en las regiones templadas se observaron más fluctuaciones en las tasas de diversificación y extinción, en los trópicos la historia fue distinta: los linajes de mamíferos se mantuvieron más estables y mostraron mayor resistencia al cambio.
Esto apoya una vieja hipótesis, formulada hace más de un siglo, que considera a los trópicos como verdaderos refugios evolutivos. “En estos ecosistemas se diversificaron más especies y se extinguieron menos”, detallaron los autores. Pero aclararon también que hay un problema: la escasez de fósiles tropicales.
Recolectar fósiles en lugares como la Amazonia es difícil por múltiples razones. Los suelos húmedos y ácidos no favorecen la conservación a largo plazo, y las condiciones de trabajo en la selva, con acceso limitado y climas extremos, dificultan las campañas paleontológicas. “Pudimos usar datos recolectados durante décadas en la Amazonia peruana, pero aún hay muchos vacíos en el registro fósil”, remarcaron.
Este estudio reescribe una parte de la historia evolutiva del continente y aporta conocimiento sobre la capacidad de ciertas regiones y especies para resistir alteraciones extremas del clima, información que podría ser clave si el mundo se sigue calentando.
En el pasado, la geografía y los hábitats ayudaron a que Sudamérica esquivara una catástrofe. Tal vez en el futuro, el conocimiento profundo de estas dinámicas permita hacer lo mismo.