Calabacín, un superalimento que no sabías que necesitabas en tu dieta: los beneficios según los expertos
La calabacita o calabacín es rica en betacaroteno, luteína y zeaxantina que ayudan a proteger las células del daño de los radicales libres y mejoran la función inmunitaria.

En la página del departamento de agricultura de Estados Unidos se analizan las propiedades de la calabaza o también llamada calabacín verde. Contiene minerales como Calcio, Hierro, Magnesio, Fósforo, Potasio, Sodio, Zinc, Cobre, Manganeso, así como Vitamina C, A, K, B6, además de Cobre, Tiamina, Folato.
También contiene betacaroteno, la luteína y la zeaxantina que ayudan a proteger las células del daño de los radicales libres y mejoran la función inmunitaria. El calabacín, es una calabaza de verano de la familia de plantas Cucurbitáceas , junto con los melones, la calabaza espagueti y los pepinos.
Puede alcanzar más de un metro de longitud, pero normalmente es cosechado cuando mide menos de 20 centímetros. También se presenta en diversas variedades, cuyo color varía del amarillo intenso al verde oscuro.Si bien las calabazas se originaron en América, esta variedad particular se desarrolló por primera vez a principios del siglo XIX en Italia.
Además el calabacín tiene un alto contenido de agua y sus compuestos favorecen una mezcla perfecta de nutrientes para tu organismo ayudando a reducir la inflamación, favorece una visión clara y promueve la salud metabólica. El calabacín es de esos productos que es utilizado en la medicina tradicional debido a sus propiedades antiinflamatorias, antivirales y antimicrobianas.

El betacaroteno, la luteína y la zeaxantina también son carotenoides, pigmentos que le dan al calabacín su piel verde brillante. Los carotenoides pueden ayudar a regular la producción de citocinas inflamatorias, según investigadores, uno de ellos el científico de alimentos y profesor clínico adjunto de la Universidad George Washington, Taylor Wallace.
La luteína y la zeaxantina son esenciales para la salud ocular. Se acumulan en la mácula y ayudan a proteger las células oculares del daño. Con el tiempo, estos nutrientes pueden ayudar a mantener una visión nítida y prevenir la degeneración macular relacionada con la edad, una de las principales causas de ceguera en adultos mayores.
La calabacita versátil
Una taza de calabacín contiene un poco más de 2 miligramos de luteína y zeaxantina, lo que equivale aproximadamente al 17 por ciento de lo que los expertos recomiendan diariamente y la versatilidad de la preparación del calabacín lo hacen fácil de comer, por ejemplo, se puede preparar en guisos con carnes, o simplemente a la mexicana con jitomate y cebolla, o también hacerla en botana cruda y preparada en tiritas.
Además de que contiene el 95 por ciento de agua, el calabacín es bajo en azúcar, calorías y grasas. Las investigaciones sugieren que la densidad energética influye en la cantidad que comemos, nuestra sensación de saciedad y nuestra salud a largo plazo. Según las recomendaciones nutrimentales, entre menor sea la proporción de calorías por volumen es mucho mejor.
Se recomienda no pelar la piel verde del calabacín, ya que está llena de nutrientes, es fácil de comer y tiene un delicioso sabor. El calor puede degradar algunos compuestos importantes, como la vitamina C. Además, la luteína y la zeaxantina del calabacín son liposolubles, por lo que se absorben mejor con un poco de aceite de oliva.
Consumir regularmente alimentos ricos en agua y con menor densidad energética puede ayudarte a sentirte saciado por lo tanto tener un adecuado control en la cantidad de alimento que se ingiere y así reducir el riesgo de enfermedades crónicas como la obesidad y la diabetes. Además de tener una sensación de saciedad, no habrá culpa y no te sentirás lleno, lo que también influye en el estado de ánimo.