Más resistente que el geranio: florece todo el verano con pocos cuidados y adora el Sol
Hay plantas que son bonitas y otras que son todo terreno, pero pocas logran combinar ambas cosas como la Flor de Seda, tambien conocida como Portulaca, una flor que florece en verano.

Tener flores bonitas en casa es algo que a mucha gente le encantaría. Pero entre el trabajo, los pendientes, la falta de espacio y las ganas de no complicarse, a veces parece misión imposible. Muchos piensan que tener plantas con flores significa estar regando diario, podando, viendo plagas… y bueno, a veces sí, pero no siempre.
Por suerte, existen plantas que rompen con todo eso, plantas que podrías dejar olvidadas un par de días y aún así seguirán creciendo como si nada. De esas que especies que aman el sol, no necesitan gran cosa y por si fuera poco te regalan flores todo el verano. No estamos hablando de cactus ni suculentas, aunque también son resistentes.
Lo curioso es que aunque no es tan popular como los geranios o las petunias, la portulaca es una planta que tiene una capacidad enorme de adaptarse a condiciones difíciles y aún así florecer con fuerza. Su apariencia delicada puede engañar, porque detrás de esos pétalos de colores vibrantes hay una verdadera guerrera del jardín.
Además, es una planta que conecta con una idea muy “aesthetic”. Menos esfuerzo, más resultados. Ideal para gente que apenas está comenzando con las plantas, para quienes tienen balcones soleados, para los que viven en zonas donde el calor no para, o simplemente para los que quieren tener mucho color en sus jardines.
La flor que no se rinde: cuando la naturaleza hace magia sin esfuerzo
La portulaca grandiflora es una planta suculenta originaria de Sudamérica. Es “pequeña, pero picosa”. Tiene hojas carnosas y muy pequeñas le ayudan a retener agua como camello, por eso no necesita riegos constantes. Y sus flores… wow, parecen de papel, de colores intensos como rosa, amarillo, rojo, naranja, blanco e incluso mezclas.

Se le llama también “flor de seda” por la textura suave y brillante de sus pétalos y no es exageración decir que puede llenar una maceta, una jardinera o un rincón del jardín como si se tratará de un tapiz de flores. En lugares cálidos, florece desde finales de primavera y sigue sin parar todo el verano.
Uno de los secretos del éxito de esta planta es su amor incondicional y absoluto por el sol directo. Mientras muchas otras sufren de golpes de calor o se ponen tristes con demasiada exposición solar, la portulaca no solo lo disfruta, de hecho lo necesita. Así que si tienes un lugar donde el sol pega todo el día, esta flor es ideal.
La portulaca es suculenta y no le gusta andar con los pies mojados todo el día. Si te pasas con el agua, se pudre y adiós planta. ¿Cuánta agua necesita? Depende de dónde vivas, no es lo mismo un calorón seco del norte que el bochorno húmedo del sur, así que lo más sabio es esperar a que la tierra esté bien seca antes de volver a regar.
Además, es una planta que conecta con una idea muy “aesthetic”. Menos esfuerzo, más resultados. Ideal para gente que apenas está comenzando con las plantas, para quienes tienen balcones soleados, para los que viven en zonas donde el calor no para, o simplemente para los que quieren tener mucho color en sus jardines.
La flor que no se rinde: cuando la naturaleza hace magia sin esfuerzo
La portulaca grandiflora es una planta suculenta originaria de Sudamérica. Es “pequeña, pero picosa”. Tiene hojas carnosas y muy pequeñas le ayudan a retener agua como camello, por eso no necesita riegos constantes. Y sus flores… wow, parecen de papel, de colores intensos como rosa, amarillo, rojo, naranja, blanco e incluso mezclas.

Una gran ventaja es que aguanta sequías, no se marchita, no se pone triste ni te hace caras largas, sigue con su color intenso y su porte firme, como si nada. Así que si te vas de vacaciones o simplemente se te olvida regarla unos días, no te va a reclamar, ella solita se adaptará.
¿En dónde tenerla y cómo aprovecharla al máximo?
Si tienes una terraza, un balcón, una azotea o simplemente un espacio en el jardín que te hace falta llenar. Ahí puede ir tu portulaca, lo ideal es tenerla en macetas grandes y con poca profundidad, porque no necesita raíces profundas, también puedes echar a volar tu creatividad y hacer diseños con piedras decorativas, suculentas y cactus.
Aunque no lo creas, también hay portulacas que se comen y hasta curan, así como lo leíste. Y la más popular es la portulaca grandiflora (la que tiene flores grandes y coloridas), hay otras variedades como la portulaca oleracea también conocida como verdolaga, que tiene propiedades comestibles y medicinales.
Ambas comparten esa capacidad de adaptarse a suelos pobres y en algunas zonas se consideran incluso maleza (aunque ya quisiéramos que todas las “malezas” fueran así de útiles y bonitas). La portulaca tiene compuestos antioxidantes y antiinflamatorios, lo cual ha despertado interés en la ciencia y la cocina.
La verdad es que la portulaca te hará preguntarte “¿por qué no la conocí antes?”. Es perfecta para quienes no tienen tiempo, experiencia o simplemente no quieren complicarse con cuidados difíciles. Un poco de atención, una maceta con buen drenaje, un lugar soleado y listo: tendrás un jardín lleno de color sin que se vuelva tedioso.