No solo riegas tus plantas, ellas "sudan": así funciona la evapotranspiración
¿Sabías que tus plantas no solo absorben agua, sino que también la liberan? Este proceso invisible explica mucho más de lo que imaginas sobre la vida vegetal.

El agua siempre ha sido protagonista en la vida de las plantas, sin ella, no existirían ni los bosques, ni los jardines, ni ese pequeño cactus en tu ventana que aguanta sin que lo riegues en semanas, y detrás de cada gota ocurre una danza invisible que mantiene vivas a las raíces, las hojas y hasta al suelo que las sostiene.
Cuando uno escucha la palabra transpiración piensa en sudor, calor y esfuerzo físico. Pero sí, las plantas también "sudan", aunque de una manera distinta a la nuestra, no es que les broten gotitas de agua en la frente, sino que liberan vapor a través de los diminutos estomas que no vemos a simple vista.
Este fenómeno, llamado evapotranspiración es tan vital que sin él no tendríamos ni sombra en verano ni agua en el ciclo hidrológico que llega a formar nubes. Este proceso involucra a la planta y al suelo por igual. Cada partícula de tierra, cada capa de humedad que rodea las raíces, se une a esta fuga natural de agua hacia la atmósfera.
A simple vista parece un detalle menor, pero en realidad este “sudor vegetal” sostiene gran parte del equilibrio de los ecosistemas. Gracias a la evapotranspiración, el aire alrededor de un bosque se mantiene fresco, los cultivos regulan su temperatura y hasta los climas locales dependen en parte de este mecanismo.

Comprender este mecanismo abre un mundo de posibilidades, desde mejorar la forma en que cuidamos un huerto en casa hasta diseñar sistemas de riego más eficientes. Entender cómo "sudan" las plantas ayuda a explicar por qué a veces parece que el agua desaparece más rápido de lo normal, aunque hayas regado hace apenas un día.
¿Qué es exactamente la evapotranspiración?
La palabra puede sonar complicada, pero en realidad es sencilla de entender. La evapotranspiración es la suma de dos procesos: la evaporación del agua del suelo y la transpiración de las plantas. Imagina un vaso de agua que dejas en una mesa, con el tiempo, el agua desaparece porque se evapora. Lo mismo pasa en el suelo.
La transpiración vegetal, ocurre cuando las plantas liberan vapor de agua a través de los estomas, unos poros microscópicos en las hojas. Esos poros funcionan como pequeñas compuertas que se abren y cierran según la luz, la humedad o la temperatura.
Por otro lado, la evaporación del suelo depende de la humedad disponible, la textura de la tierra y la temperatura ambiental. Al combinar ambos procesos, obtenemos el total de agua que "sale" de un sistema vegetal hacia la atmósfera. Este concepto es fundamental para calcular cuánta agua necesita un cultivo en una temporada.
Los ingenieros agrónomos utilizamos modelos y fórmulas para estimar la evapotranspiración de referencia (ETo), que es como una medida estándar, y a partir de ahí se ajusta para cada tipo de cultivo. Así, no solo hablamos de "regar cuando se vea seco", sino de cifras y datos que ayudan a optimizar recursos.
¿Por qué es importante para tus plantas?
Las plantas no liberan agua porque sí. Al transpirar, regulan su temperatura interna, algo parecido a lo que hacemos los humanos cuando sudamos, este mecanismo evita que se sobrecalienten con la radiación solar. Y es ese flujo constante de agua, el que ayuda a transportar nutrientes desde las raíces hasta las hojas.

La evapotranspiración, también mantiene el equilibrio de gases dentro de la hoja, cada vez que un estoma se abre para liberar vapor, entra dióxido de carbono, esencial para la fotosíntesis. En otras palabras, si la planta dejara de "sudar", también dejaría de alimentarse con energía solar.
Cuando entendemos este punto, nos damos cuenta de por qué a veces las hojas se marchitan en pocas horas si no hay suficiente agua disponible, no es solo falta de riego: es que el motor interno de la planta se queda sin combustible para funcionar.
La velocidad con la que las plantas "sudan" depende de varios factores externos. La temperatura ambiental es uno de ellos: cuanto más calor hace, más rápido se evapora el agua del suelo y más transpiran las hojas. La humedad relativa también juega su papel, porque en un ambiente seco la diferencia de presión entre la hoja y el aire acelera la salida de vapor.
La radiación solar influye directamente, ya que la energía del sol activa la fotosíntesis y abre los estomas, por eso, en días nublados, la transpiración tiende a disminuir. El viento es otro factor importante: cuando sopla con fuerza, retira la capa de aire húmedo que rodea a la hoja y obliga a que el vapor salga más rápido.
Cómo aplicar este conocimiento en tu huerto
En un huerto urbano no necesitas fórmulas complicadas, pero sí entender cómo tus plantas usan el agua. Lo primero es observar el microclima: si tu jardín recibe sol directo todo el día, la evapotranspiración será mayor que en un balcón sombreado. Ajustar la frecuencia de riego según la temporada es esencial.
Si cultivas en macetas, recuerda que el volumen de sustrato es limitado y se seca más rápido que el suelo de un jardín, ahí la evapotranspiración es más intensa, y conviene revisar la humedad con el dedo o usando sensores caseros. Incluso hay dispositivos que se conectan al celular y te dicen cuándo tu planta necesita agua.
A nivel agrícola, este concepto define la forma en que se diseñan los sistemas de riego, los ingenieros agrónomos usamos datos de evapotranspiración para calcular los requerimientos hídricos de cada cultivo. Por ejemplo, un viñedo no necesita la misma cantidad de agua que un campo de arroz, porque sus tasas de transpiración son diferentes.
En zonas áridas, donde cada gota cuenta, se aplican tecnologías como el riego por goteo y el uso de sensores de humedad en suelo. Esto mejora la eficiencia, reduce costos y evita problemas de salinidad por exceso de agua. De hecho, la FAO estima que entender y aplicar la evapotranspiración correctamente puede ahorrar hasta un 30% de agua en sistemas agrícolas.
La evapotranspiración parece un término técnico reservado para manuales de agronomía, pero en realidad está presente en cada planta que ves a tu alrededor. Saber que tus plantas "sudan" cambia por completo la manera en la que observas su relación con el agua. Ya no se trata solo de echar un poco de riego cuando lo recuerdas.
Si algo nos deja claro la evapotranspiración es que el agua no desaparece, simplemente se transforma y viaja. Y en ese viaje, cada planta que riegas participa activamente, saberlo no solo te convierte en mejor jardinero o agricultor, también te conecta con uno de los procesos más elegantes y constantes de la naturaleza.