El último informe de nutrición infantil de UNICEF lo confirma: “por primera vez hay más niños obesos que con bajo peso”

Un informe global del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia revela que la obesidad infantil entre escolares y adolescentes ha crecido del 3 % al 9,4 % desde el año 2000, lo que anticipa una crisis sanitaria.

La obesidad infantil ya se perfila como un problema sanitario de orden mundial.

Por primera vez en la historia contemporánea, la obesidad ha superado, a escala global, al bajo peso como la forma más común de malnutrición entre los niños y adolescentes de 5 a 19 años.

Así lo confirma un informe reciente de Unicef titulado “Alimentando el negocio: Cómo los entornos alimentarios ponen en peligro el bienestar de la infancia”, basado en datos de más de 190 países.

Porque, contrariamente a lo que pueda creerse, la malnutrición no se mide solo por la falta de alimentos. Un exceso de ellos, cuando además son de mala calidad, es también un serio problema de salud para millones de niños y niñas en todo el mundo.

Un cambio radical en las cifras

Desde el año 2000, la prevalencia de bajo peso entre niños y adolescentes en esa horquilla de edad ha disminuido aproximadamente del 13 % al 9,2 %.

Sin embargo, la obesidad se ha disparado durante el mismo periodo, pasando del 3 % al 9,4 %. Es decir: uno de cada diez menores entre 5 y 19 años ya padece obesidad.

En términos absolutos, Unicef estima que 188 millones de niños y adolescentes la padecen. Además, alrededor de otros 391 millones presentan sobrepeso, es decir, su índice de masa corporal (IMC) también excede lo considerado saludable.

Dónde ocurre más y por qué

La tendencia está presente en prácticamente todas las regiones del mundo, con excepción del África Subsahariana y Asia Meridional, donde las situaciones de hambruna hacen que el bajo peso aún prevalezca.

Los países insulares del Pacífico ocupan los peores puestos en relación a la obesidad infantil. Niue, Islas Cook y Nauru, por ejemplo, presentan tasas de obesidad infantil entre el 30 % y el 40 %.

En Chile, cerca del 27 % de los menores de 5 a 19 años padecen obesidad; en Estados Unidos y en los Emiratos Árabes Unidos la cifra ronda el 21 %. En España, la presentan uno de cada diez menores.

La causa de este cambio es multifactorial, como señala Unicef.

  • El aumento en disponibilidad y consumo de alimentos ultraprocesados, con altos niveles de azúcar, grasa, sal y aditivos químicos.
  • La publicidad dirigida a menores, especialmente en medios digitales, que incita al consumo de esas opciones poco saludables.
  • La transición de dietas tradicionales hacia patrones alimentarios modernos, donde lo rápido, barato y energético prima sobre lo nutritivo.

¿Qué consecuencia tiene para las jóvenes generaciones?

El sobrepeso y la obesidad en edades tempranas no son solo un asunto estético. Lo peligroso es que elevan el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, hipertensión, problemas cardiovasculares, e incluso ciertos tipos de cáncer.

También pueden afectar al desarrollo cognitivo y a la salud mental de los menores, según recuerda el informe.

A nivel social, si no se toman medidas correctivas, los costes económicos asociados a la obesidad y el sobrepeso serán enormes, tanto en gasto sanitario como en productividad y calidad de vida.

¿Qué propone UNICEF?

El informe hace un llamamiento urgente a los gobiernos, organismos internacionales e incluso a la sociedad civil para modificar los entornos alimentarios de los niños. Algunas de las recomendaciones incluyen:

  • Prohibir o regular con firmeza la publicidad de productos alimenticios poco saludables dirigida a menores.
  • Controlar la venta de ultraprocesados en escuelas, comedores escolares y espacios públicos.
  • Fomentar dietas más equilibradas, con frutas, verduras, proteínas saludables y menor dependencia de comidas rápidas o alimentos llenos de calorías “vacías”.
  • Fortalecer políticas de protección social que permitan a las familias vulnerables tener acceso a alimentos nutritivos.

Retos urgentes sobre la nutrición infantil

El principal desafío ahora es promover cambios estructurales que hagan que el camino hacia una alimentación más saludable no dependa exclusivamente de la voluntad individual.

Unicef señala que, si no se actúa con rapidez, las trayectorias actuales sugieren que para el año 2030 la obesidad también podría superar al bajo peso entre los menores de cinco años, lo que implicaría una crisis global aún mayor.

Por otra parte, aunque la reducción global de los índices de bajo peso es una buena noticia, Unicef advierte que no significa el fin de las formas más severas de desnutrición, especialmente en menores de cinco años, donde el retraso en el crecimiento sigue siendo un grave problema en muchas regiones.

Referencia de la noticia

Informe sobre nutrición infantil 2025 de UNICEF