El verano más caluroso de 2025: el cambio climático alimentó incendios forestales mortales en el Mediterráneo
Las posibilidades de que se produzcan incendios forestales y su intensidad se han visto incrementadas por el cambio climático provocado por las actividades humanas.

Las condiciones climáticas que provocaron los letales incendios forestales del Mediterráneo de este verano en Turquía, Chipre y Grecia se hicieron diez veces más probables debido al cambio climático, según los científicos.
En julio de 2025, Grecia, Turquía y Chipre experimentaron uno de los meses de incendios forestales más devastadores de los últimos años, alimentado por olas de calor récord, sequía y fuertes vientos.
Un equipo internacional de investigadores analizó estos eventos junto con las condiciones meteorológicas de los meses previos. Concluyeron que el cambio climático multiplicó por diez la probabilidad de que se produjeran incendios, a la vez que incrementó su intensidad en un 22 %.
Devastación por incendios
Solo en julio se produjeron en Turquía 177 incendios forestales que devastaron aproximadamente 60.000 hectáreas de tierra.
Más de 50.000 personas fueron evacuadas en todo el país entre finales de junio y julio debido a que los incendios forestales se propagaron rápidamente, especialmente alrededor de las ciudades de Izmir y Bursa, señalaron los científicos.
En total, al menos 17 personas murieron, incluidos diez bomberos y trabajadores de rescate que operaban en el noroeste de Turquía, que murieron cuando los vientos extremos se acercaron a su ruta de salida.
En Grecia, los incendios arrasaron Ática, Creta, Eubea y Citera, obligando a la evacuación de al menos 32.000 personas, incluidos 5.000 turistas en Creta.
Decenas de miles de hectáreas de tierras de cultivo, viviendas y centros turísticos quedaron destruidas, y la mitad de la isla de Citera quedó incendiada. Al menos 13 bomberos resultaron heridos, y las pérdidas materiales generalizadas perturbaron la vida cotidiana y el turismo.
Chipre también sufrió sus peores incendios forestales en décadas. El intenso calor, el viento y la sequía provocaron incendios masivos al norte de Limassol, que causaron la muerte de dos personas que huían de la aldea de Monagri.

Aproximadamente 125 kilómetros cuadrados (aproximadamente el 1% de la isla) fueron destruidos, lo que obligó a evacuar 14 aldeas.
Evaluación de incendios
Los investigadores consideraron dos métricas principales que indican las posibilidades de incendio: una que juzga cuán difícil es extinguir un incendio una vez que se ha producido la ignición, y otra que muestra el efecto de secado sobre la vegetación debido al aire caliente y seco.
También analizaron las tendencias de precipitaciones desde octubre de 2024 hasta abril de 2025. Durante estos meses, en general, el tiempo fue seco en Grecia y húmedo en Turquía.
Sin embargo, en los últimos años se observó una tendencia general a la sequía en ambas regiones, especialmente en Turquía. El total de precipitaciones durante la temporada previa a los incendios disminuyó alrededor de un 14 %, según los resultados. Su análisis también reveló que, en promedio, el año 2025 fue uno de los más secos registrados.
Esto es importante porque el volumen y el momento de las precipitaciones pueden afectar fuertemente el crecimiento previo a la temporada de algunos tipos de vegetación, como los pastos, cuya cantidad puede a su vez afectar la susceptibilidad a incendios forestales extremos, señalaron.
Para responder al creciente riesgo de incendios forestales, Turquía ha invertido en flotas aéreas, detección de inteligencia artificial y grandes redes de voluntarios; Grecia ha aumentado el uso de drones y unidades especializadas, mientras que Chipre ha desarrollado detección basada en satélites.