Los mejores destinos turísticos del mundo para viajar en agosto y evitar las multitudes, según National Geographic
Desde paraísos silvestres en Escocia hasta rutas de tren panorámicas en Suiza y aventuras tropicales en Ecuador, estos cinco destinos ofrecen experiencias auténticas, naturaleza desbordante y una alternativa fresca al turismo masivo de temporada alta.

El mes de agosto suele despertar altas expectativas… y también altas temperaturas en grandes destinos turísticos como Europa. Es el momento ideal para viajar, pero también uno de los más concurridos. Los precios suben y muchos destinos costeros están abarrotados, mientras que algunas ciudades cierran sus puertas por vacaciones.
Para quienes buscan algo más que una playa colapsada o una urbe europea recalentada, hay alternativas fascinantes y menos transitadas. Además, agosto representa una gran oportunidad para explorar el hemisferio sur, donde el invierno trae climas templados, menos turistas y mejores precios.
Desde migraciones animales en África hasta experiencias culturales en rincones inesperados de Europa, estos cinco destinos recopilados por National Geographic ofrecen algo más que el típico viaje de verano.
Suiza: aventuras alpinas bajo el sol
Aunque famosa por sus pistas de esquí, Suiza en agosto se transforma en un paraíso verde. Las montañas se cubren de flores silvestres y se abren caminos ideales para senderismo y ciclismo.
Los lagos, antes congelados, se convierten en escenarios perfectos para nadar al aire libre. A pesar de ser temporada alta, rara vez se ven aglomeraciones. Las largas tardes de verano se llenan de eventos y festivales, especialmente el 1º de agosto, Día Nacional de Suiza, con desfiles, fuegos artificiales y música en vivo.

Los trenes panorámicos como el Bernina Express o el Jungfraubahn ofrecen vistas inolvidables de los Alpes (es recomendable reservar con antelación).
Hebridas, Escocia: playas blancas y whisky
Más de 50 islas frente a la costa oeste de Escocia forman las Hébridas, un destino que poco tiene que envidiar al Caribe en cuanto a belleza natural.
Aunque el clima puede ser impredecible, agosto suele regalar días soleados, especialmente en las islas del sur. Las playas de arena blanca y aguas turquesa sorprenden a quien llega esperando paisajes grises.
Recorre Islay, Mull, Harris y Lewis, pero reserva con tiempo alquileres de autos y visitas a las famosas destilerías de whisky. La temporada de festivales, juegos tradicionales y campos cubiertos de flores silvestres alcanza su esplendor en estos meses.
Dinamarca: playas, historia vikinga y gastronomía nórdica
Con más de 7.000 kilómetros de costa y días larguísimos en verano, Dinamarca es ideal para quienes buscan explorar en agosto sin el agobio de multitudes.

La ciudad de Aarhus, antigua Capital Europea de la Cultura, es una base excelente. Este rincón de Jutlandia combina historia vikinga, canales pintorescos, una vibrante escena gastronómica y un ambiente relajado.
A pocos kilómetros, las playas rodeadas de bosques y el Parque Nacional Mols Bjerge ofrecen senderos, ruinas medievales y paisajes dignos de postal.
Grecia continental: joyas lejos de las islas abarrotadas
En lugar de sumarse al aluvión de turistas rumbo a las islas, una excelente opción es explorar el continente griego.
Nafplio, un encantador puerto adornado con ruinas antiguas y arquitectura veneciana, es uno de los secretos mejor guardados del país. Kastoria, rodeada de montañas cubiertas de pinos y un lago repleto de botes pesqueros, ofrece un ambiente fresco y sereno, ideal para escapar del calor.
Además, hay muchas opciones de vuelos directos desde distintas ciudades europeas, lo que facilita la planificación incluso para quienes reservan a último momento.
Ecuador: naturaleza extrema y biodiversidad en miniatura
Agosto es invierno en Ecuador, pero eso no impide vivir una experiencia tropical inolvidable. El clima seco favorece la observación de fauna, especialmente en la Amazonía, donde los caminos son más accesibles y hay menos insectos.

En las alturas andinas, los cielos despejados permiten disfrutar de vistas imponentes de volcanes, pueblos coloridos y ciudades coloniales.
La costa, por su parte, se convierte en un escenario ideal para el avistamiento de ballenas o para explorar la Isla de la Plata, conocida como la “mini Galápagos”, hogar de piqueros de patas azules, mantarrayas y tortugas verdes.