El imán más potente del mundo creará energía casi ilimitada
Un equipo internacional está construyendo un imán colosal, componente esencial para el desarrollo de la energía de fusión nuclear.

Científicos e ingenieros están construyendo el imán más grande del mundo como parte de un proyecto a largo plazo para demostrar la viabilidad de la fusión nuclear, que podría proporcionar enormes cantidades de energía limpia.
En la fusión nuclear, pares de partículas diminutas llamadas átomos se calientan y se unen para formar una más pesada. Es lo opuesto a la fisión nuclear, utilizada actualmente en las centrales nucleares, en la que se separan los átomos pesados.
Imán que bate récords
Una colaboración internacional de más de 30 países, conocida como International Thermonuclear Experimental Reactor (ITER), trabaja para demostrar la viabilidad de la fusión. Los componentes del imán han sido desarrollados por diferentes países, entre ellos Estados Unidos, Rusia, China y la Unión Europea.
Se ensamblará en una planta del sur de Francia. Una vez ensamblado por completo, será el imán más potente del sistema, con la potencia suficiente para elevar un portaaviones, según el ITER.
El actual récord mundial Guinness del imán más grande lo tiene el imán toroidal de barril del experimento Atlas del CERN, parte del Gran Colisionador de Hadrones que investiga una amplia gama de la física.
Este imán opera a 4 teslas (unidad que se refiere a la intensidad de un campo magnético) y almacena 1,08 gigajulios de energía. En comparación, el imán más grande del ITER opera a 12 teslas y almacena 41 gigajulios de energía.
El sistema de imán pulsado completamente ensamblado pesará casi 3.000 toneladas y formará el "corazón electromagnético" del reactor con forma de rosquilla del ITER, llamado Tokamak.
El electroimán enviará una corriente eléctrica para ionizar el gas hidrógeno inyectado en la cámara Tokamak del ITER, creando un plasma, una nube de partículas cargadas. Los imanes crearán una "jaula invisible" que confina y moldea este plasma ionizado.
Cuando la temperatura del plasma se eleva a 150 millones de grados Celsius (diez veces más caliente que el núcleo del Sol), los núcleos atómicos de sus partículas se combinarán y fusionarán, liberando una enorme energía térmica.

A pleno rendimiento, se espera que el ITER produzca 500 megavatios de energía de fusión con tan solo 50 megavatios de potencia de calentamiento de entrada, lo que supone un aumento de diez veces. Con este nivel de eficiencia, la reacción de fusión se autocalienta en gran medida, convirtiéndose en un plasma ardiente.
Un modelo global
Miles de científicos e ingenieros han aportado componentes de cientos de fábricas en tres continentes para construir el imán. Los siete miembros del ITER son China, Europa, India, Japón, Corea, Rusia y Estados Unidos.
Pietro Barabaschi, director general del ITER, afirmó: "Lo que hace único al ITER no es solo su complejidad técnica, sino también la cooperación internacional que lo ha sostenido a través de panoramas políticos cambiantes".
Este logro demuestra que cuando la humanidad se enfrenta a desafíos existenciales como el cambio climático y la seguridad energética, podemos superar las diferencias nacionales para impulsar soluciones.
Sin embargo, el proyecto aún está muy lejos de poder proporcionar energía: se realizarán múltiples fases de pruebas y su funcionamiento completo está previsto para 2039, si todo va según lo previsto.