¡Una impresionante nube lenticular fue capturada sobre el volcán Klyuchevskoy, Rusia!

Cuando una corriente de aire húmedo es forzada a ascender por una montaña y la humedad se condensa, pueden formarse nubes orográficas muy espectaculares.
La realidad siempre supera la ficción, y las nubes lenticulares son una buena prueba de ello. El pasado 29 de mayo del 2025, el video de un curioso fenómeno capturado en la cúspide de un volcán comenzó a dar la vuelta al mundo. Si bien, para muchos este fue un episodio de naturaleza extraterrestre, su razón está a tan sólo unos cuantos kilómetros de nosotros.
A través de una cámara vigilante del KVERT (Equipo de respuesta ante erupciones volcánicas de Kamchatka, Rusia), se logró documentar el momento en el que las bandas de nubes sobre el volcán Klyuchevskoy comenzaron a tomar una forma ovalada; convirtiéndose en el foco de atención del espectacular paisaje matinal.
Como sacadas de una pintura o de una película espacial, las curiosas nubes estratificadas en tenues capas superpuestas aparecieron en las primeras horas de la mañana; antes del incremento de la actividad interna del volcán ubicado en Siberia Oriental, que culminó en una erupción ese mismo día.
Estas nubes que fácilmente podrían ser confundidas con OVNIs o platillos voladores, son un fenómeno muy especial que además muestran la dinámica entre la atmósfera con otras esferas del sistema tierra. La combinación de diferentes factores como temperatura y flujo de viento con la topografía, suele ser la razón de su formación.
#Klyuchevskoy #volcano in #Kamchatka is active again
— News.Az (@news_az) May 29, 2025
Ash emission to a height of 6.5 km was recorded, and the ash plume extended for 5 km in a southwesterly direction, posing a threat to nearby villages of Ust-Kamchatsky, Milkovsky and Bystrinsky districts, where ash fall is pic.twitter.com/Z0kTaowvS5
Lenticulares: los OVNI's terrestres
Estas formaciones han sido objeto de curiosidad del paisaje celestial alrededor del planeta, debido a sus distintivas características que asemejan a los objetos voladores no identificados. Sin embargo, su desarrollo ocurre en la primera capa de nuestra atmósfera, a partir de los 2 000 metros sobre el nivel del mar.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) en su Atlas de Nubes las clasifica como parte del género altocumulus cuando se encuentran en latitudes medias, mientras que si se llegan a desarrollar en latitudes más altas, se consideran cirrocumulus. Esta clasificación se combina con su nombre característico: lenticular o lenticularis.
Su formación depende de las características del paisaje, y son más comunes de ver cerca de montañas. Cuando existen condiciones de estabilidad en niveles medios de la atmósfera y el flujo del aire en superficie continua con fuerza a través de la onda perpendicular de una montaña, comienza a ascender, encontrándose con una inversión térmica.
Este cambio abrupto en las condiciones provoca un cambio en la atmósfera de la cima, que es denominado “onda estacionaria”. Al no seguir ascendiendo el flujo del aire sobre la montaña, mantenerse estacionado y que después se disminuya la temperatura de forma lenta en altura (y si se tiene suficiente humedad), las partículas de agua comenzarán a condensar, originando una nube.

¿Pueden ser un indicio del incremento de actividad volcánica?
Como tal, no existe relación entre este tipo de nubes y la posible actividad de un volcán, ni tampoco que su aparición sea una señal premonitoria de que el volcán tendrá una erupción. Más bien, su desarrollo es un buen indicador de las condiciones de la atmosfera de forma localizada, siendo útiles para entender el estado del tiempo por medio de la observación meteorológica.
En algunas ocasiones, las nubes lenticulares pueden ocurrir horas antes de el comienzo de la actividad interna de un volcán, mientras que, con el incremento paulatino de la expulsión de material piroclástico, estas fácilmente se disipan dando lugar a nuevas formaciones nubosas como los pirocúmulos o nubes flammagenitus.