El fin del universo podría estar más cerca de lo que se pensaba, según tres científicos holandeses

Una nueva investigación sugiere que todo lo que existe podría desvanecerse mucho antes de lo pensado. Incluso las estrellas más persistentes se evaporarán, junto con planetas y cuerpos humanos, por un fenómeno que hasta ahora se creía exclusivo de los agujeros negros.

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El cosmos podría desaparecer mucho antes de lo que se creía.

Un grupo de científicos de la Universidad Radboud, en los Países Bajos, ha puesto en duda las estimaciones más aceptadas sobre el destino final del universo.

Según sus recientes cálculos, el cosmos podría desaparecer mucho antes de lo que se creía: en lugar de durar más allá de los 10¹¹⁰⁰ años, su final podría llegar en "apenas" 10⁷⁸ años.
La diferencia es abismal, aunque sigue siendo inimaginablemente lejana en términos humanos.

La base de este nuevo estudio es una reinterpretación de la famosa radiación de Hawking, la hipótesis propuesta por Stephen Hawking en 1975 que sostiene que los agujeros negros pierden masa con el tiempo al emitir una tenue forma de radiación.

Sin embargo, los investigadores neerlandeses fueron más allá: sugieren que no solo los agujeros negros están sujetos a este fenómeno, sino también otros objetos celestes con campos gravitatorios extremos, como las estrellas de neutrones y las enanas blancas.

Estrellas que se desvanecen

Los resultados fueron publicados en la revista Journal of Cosmology and Astroparticle Physics y no pasaron desapercibidos. Uno de los hallazgos más llamativos es que incluso las enanas blancas (remanentes estelares conocidos por su longevidad casi eterna) se evaporarían en unos 10⁷⁸ años debido a este tipo de radiación. Las estrellas de neutrones y los agujeros negros estelares, por su parte, desaparecerían en unos 10⁶⁷ años, un período sorprendentemente similar.

La explicación radica en la densidad de los cuerpos. Según Michael Wondrak, uno de los autores del estudio, “los agujeros negros carecen de superficie, por lo que absorben parte de su propia radiación, lo que ralentiza el proceso”. En otras palabras, su propia estructura les permite mantenerse por más tiempo frente a esta lenta forma de evaporación cósmica.

Y nosotros, ¿cuánto duraríamos?

En un ejercicio tan provocador como teórico, el equipo extendió sus cálculos a objetos no astronómicos, incluyendo la Luna... y el cuerpo humano. ¿El resultado? Ambos se descompondrían por este tipo de radiación en aproximadamente 10⁹⁰ años. Aunque, como señalaron con ironía los investigadores, “hay muchos factores que probablemente nos hagan desaparecer mucho antes”.

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El cuerpo humano se descompondría por este tipo de radiación en aproximadamente 10⁹⁰ años, según este nuevo estudio. Aunque seguramente surjan otros motivos en el camino...

Esta extensión del estudio responde al interés generado por una investigación previa, publicada por el mismo equipo en 2023. En ese trabajo, ya se había planteado que la radiación de tipo Hawking podría afectar más allá de los agujeros negros, una idea que generó múltiples preguntas. La nueva publicación busca profundizar en ese planteo, cuantificando sus posibles efectos en distintos objetos del universo.

Una mirada al abismo del tiempo

“El objetivo es entender mejor esta teoría enfrentándonos a los límites del conocimiento”, explicó Walter van Suijlekom, profesor de matemáticas y coautor del estudio. Junto a él, el investigador Heino Falcke, experto en agujeros negros, enfatizó: “El fin del universo llegará mucho antes de lo previsto, aunque seguirá siendo un futuro extremadamente lejano”.

Por ahora, no hay motivo para alarmarse: el universo tiene todavía decenas de trillones de años por delante. Pero, como ocurre a menudo con la ciencia, lo verdaderamente fascinante no es cuánto falta, sino lo que estamos empezando a descubrir sobre el camino hacia ese final.

Referencia de la noticia:

Heino Falcke and Michael F. Wondrak and Walter D. van Suijlekom. An upper limit to the lifetime of stellar remnants from gravitational pair production. arXiv. https://doi.org/10.48550/arXiv.2410.14734