La luz del día como aliada de nuestras defensas: un estudio sugiere que el sistema inmunológico "sabe" qué hora es

Científicos descubrieron que algunas células eliminan bacterias con mayor eficacia durante el día. El hallazgo destaca el rol del ritmo circadiano en la defensa contra infecciones y podría abrir nuevas vías para tratar enfermedades inflamatorias.

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Según el estudio, la luz del día no solo regula el sueño: también puede potenciar nuestras defensas.

Durante millones de años, la vida en la Tierra se adaptó al ciclo del día y la noche. Esa sincronía vital podría estar grabada a nivel intracelular.

Un nuevo estudio sugiere que la exposición regular a la luz diurna no solo regula el sueño, sino que además podría potenciar el funcionamiento de las células del sistema inmunitario encargadas de combatir bacterias.

La investigación, publicada en Science Immunology y liderada por Chris Hall, inmunólogo de la Universidad de Auckland, revela que los neutrófilos —los glóbulos blancos más abundantes del cuerpo humano— tienen un reloj biológico interno que les indica cuándo es de día. Y ese detalle aparentemente menor cambia por completo su eficacia para combatir infecciones.

Los científicos utilizaron larvas de pez cebra como modelo experimental. Estos animales tienen una gran ventaja: su cuerpo es transparente, lo que permite observar procesos celulares en tiempo real bajo el microscopio. Además, su sistema inmunológico es sorprendentemente similar al humano.

Los investigadores inyectaron bacterias fluorescentes en las larvas y grabaron videos de los neutrófilos en acción. Descubrieron que estas células inmunitarias eran significativamente más rápidas y eficaces eliminando bacterias durante el día que en la noche.

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El cuerpo humano también podría responder mejor a las infecciones cuando recibe luz diurna.

Para comprobar que no era una coincidencia, modificaron genéticamente los neutrófilos para desactivar sus relojes internos, y observaron que perdían esa capacidad mejorada durante el día. Es decir que, sin su reloj biológico funcionando, los glóbulos blancos no sabían “qué hora era” y su rendimiento se emparejaba, de forma mediocre, a lo largo del día.

“Es como si tuvieran un despertador interno que los pone en modo ataque cuando hay más luz”, explicó Hall. Esa sincronización con el entorno podría tener raíces evolutivas: los animales diurnos —como los humanos y el pez cebra— están más expuestos a infecciones durante el día, por lo que desarrollar una defensa más activa en ese período habría sido una ventaja.

“El hallazgo es importante porque podría llevar al desarrollo de fármacos que regulen este reloj interno para mejorar la respuesta del sistema inmune, especialmente en enfermedades inflamatorias”, señaló Hall.

Nuevos rumbos en las líneas de investigación

Aunque el estudio abre un nuevo camino en la comprensión de la inmunidad, quedan muchas preguntas por responder. ¿Cómo detectan exactamente los neutrófilos la luz? ¿Pasa lo mismo con los neutrófilos humanos, o es un fenómeno limitado a los peces? ¿La mejora en la respuesta se da solo frente a ciertas bacterias o también ante virus?

Responder esas dudas será clave para avanzar hacia terapias que modulen el reloj biológico de las células del sistema inmunológico. También podría tener impacto en entornos como hospitales, donde la exposición a la luz artificial o turnos nocturnos alteran los ritmos circadianos de pacientes y personal médico.

La investigación fue una colaboración entre el laboratorio Hall y el Grupo de Investigación en Cronobiología de la misma universidad, liderado por Guy Warman y James Cheeseman.

Referencia de la noticia:

A light-regulated circadian timer optimizes neutrophil bactericidal activity to boost daytime immunity. Sci. Immunol.10,eadn3080(2025). Lucia Yi Du et al.