Guía sobre suculentas: tipos, cuidados y trucos para mantenerlas perfectas

Ideales tanto si ya tienes experiencia en la jardinería, como si quieres empezar a cultivar esta relajante y placentera actividad. Las suculentas o crasas son resistentes y no requieren muchos cuidados. Ellas, en cambio, te obsequiarán con todo su esplendor.

Las suculentas son plantas muy agradecidas, ideales para principiantes en la jardinería.

En los últimos años, las suculentas han ganado protagonismo en balcones, terrazas y jardines gracias a su exótica belleza, su resistencia y la facilidad con la que se adaptan a distintos espacios.

Se trata de plantas versátiles, decorativas y muy agradecidas. Con unos cuidados mínimos y mucha luz, puedes disfrutar de una colección variada y duradera. Y es que son ideales tanto para quienes tienen experiencia en jardinería como para quienes se inician en esta apasionante y relajante actividad.

Ejemplar de Kalanchoe, una de las suculentas más apreciadas por sus flores de vivos colores.

En esta guía te proporcionamos información sobre los principales tipos, los cuidados básicos que requieren y algunos trucos para mantenerlas siempre radiantes. ¡Anímate a comenzar tu propio rincón suculento!

¿Qué son las suculentas?

La principal característica de las suculentas, también conocidas como crasas, es que son plantas que almacenan agua en sus hojas, tallos o raíces. Esta cualidad les permite sobrevivir en condiciones de sequía, pleno sol o en climas áridos. También les otorga una apariencia única: hojas gruesas, carnosas y con formas diversas que las hacen muy atractivas visualmente.

Además, muchas de ellas florecen, lo que también aporta un toque de color. Cuando esto sucede, es signo de que la planta está bien cuidada. Y aunque las flores no suelen durar mucho, resulta muy gratificante descubrir estos pequeños regalos de la naturaleza.

Tipos de suculentas más populares

Existen cientos de especies de suculentas, aunque algunas se han vuelto especialmente populares por su fácil cuidado y belleza. Estas son las más comunes, que suelen estar disponibles en cualquier vivero:

  • Kalanchoe: Es una de las suculentas más apreciadas por sus hojas carnosas y su profusión de flores de colores vivos. Además, es muy fácil de cuidar.
  • Echeveria: Otra de las favoritas de los amantes de las suculentas. Crecen en rosetas y sus gruesas hojas son de colores pastel, lo que le confiere un aspecto delicado.
Jardín de echeverias, con sus característicos tonos pastel.
  • Crassula ovata (árbol de jade): De hojas carnosas y ovaladas de un verde vibrante con bordes rojizos cuando recibe luz intensa, se dice de ella que atrae la prosperidad.
  • Euphorbia ingens: Con tallos delgados y acanalados que crecen como un candelabro, esta suculenta es especialmente resistente.
  • Aloe vera: Además de decorativa, tiene propiedades medicinales. Perfecta para interiores luminosos.
  • Haworthia: Ideal para macetas pequeñas. A menudo, sus hojas presentan rayas o puntitos, lo que les da un singular aspecto.

Cuidados básicos para unas suculentas saludables

Aunque son muy fáciles de cuidar y apenas requieren riego ni mantenimiento, las suculentas también tienen necesidades específicas. Estos son los cinto puntos a los que deberás prestar atención si quieres que se mantengan sanas:

La haworthia es ideal para cultivar en macetas pequeñas.
  1. Luz: Las suculentas adoran la luz. Por eso, debes colocarlas en lugares bien iluminados y en los que dispongan de sol directo algunas horas al día. En interiores, mejor en un alféizar soleado.
  2. Riego: ¡Atención! El principal enemigo de las suculentas es el exceso de agua. Riégalas solo cuando la tierra esté completamente seca, lo que normalmente ocurre cada 10-15 días. Durante el invierno, espacia todavía más los riegos. Y ojo, es vital que el agua no se acumule.
  3. Sustrato: Si no quieres fallar aquí, utiliza un sustrato especial para cactus y suculentas, aunque también puedes hacer una mezcla con arena, perlita (vidrio volcánico) y tierra para asegurar un buen drenaje.
  4. Macetas: A la hora de elegir macetas, imprescindible que cuenten con agujeros de drenaje. Esto evitará que las raíces se pudran. Ten en cuenta que las de barro o cerámica ayudarán a mantener un mejor equilibrio de humedad.
  5. Temperatura: Las plantas suculentas prefieren climas cálidos, aunque muchas pueden tolerar frío moderado. En cualquier caso, evita su exposición a heladas y los cambios bruscos de temperatura.

Trucos para mantenerlas siempre perfectas

Si quieres presumir de unas suculentas carnosas, verdes y brillantes, anota estas recomendaciones:

  • Gíralas regularmente para que crezcan de forma uniforme y no se inclinen buscando luz.
  • Retira hojas secas o dañadas para evitar la aparición de hongos o plagas.
  • Revisa el color de las hojas: si están muy blandas o transparentes, la causa puede ser el exceso de agua; si, por el contrario, están arrugadas, puede faltarles riego.
  • Usa fertilizante una vez al mes durante la primavera y el verano con productos específicos para suculentas, en dosis bajas.