El increíble invento japonés para guiar la caída de los rayos de una tormenta hacia un lugar seguro
La empresa NTT presentó un dispositivo que puede inducir los rayos de una tormenta de manera controlada. La tecnología aún está en desarrollo, pero aspira a marcar un antes y un después en la prevención de daños por tormentas eléctricas.

Por primera vez en la historia, un rayo no cayó donde quiso. Cayó donde lo guiaron. La hazaña se logró en diciembre de 2024, en las montañas de Shimane, Japón, cuando un dron especialmente diseñado atrajo y canalizó una descarga eléctrica directamente desde una nube de tormenta.
A simple vista, el dron puede parecer uno más, pero en su interior lleva una serie de innovaciones que lo convierten en un pionero de la ingeniería atmosférica. Su tarea es volar cerca de nubes de tormenta, detectar condiciones propicias para la formación de rayos y, llegado el momento justo, inducir una descarga hacia sí mismo para redirigirla lejos de infraestructuras vulnerables.

El mecanismo clave consiste en un cable conductor que conecta el dron con un interruptor instalado en el suelo. Cuando los sensores registran un campo eléctrico suficientemente intenso (lo que indica que un rayo podría formarse), el interruptor se activa, creando una subida repentina de tensión entre el cielo y la tierra. Esa diferencia extrema en el campo eléctrico genera una ruta preferencial para que el rayo descargue, como si se abriese una autopista temporal de electricidad con el dron como destino.
El 13 de diciembre de 2024, durante la tormenta en la que se puso a prueba el dispositivo, la tensión alcanzó los 2000 voltios antes del impacto. El rayo cayó sobre el dron, que no solo sobrevivió al evento, sino que continuó volando sin fallos, gracias a una estructura especialmente diseñada: una jaula de Faraday.
Un escudo para sobrevivir al impacto
La jaula de Faraday, bautizada por el científico que descubrió su principio en el siglo XIX, es una estructura metálica que envuelve el dron y distribuye la energía del rayo a su alrededor, impidiendo que penetre en los componentes electrónicos. En este caso, la jaula fue reforzada para resistir incluso descargas artificiales de hasta 150.000 amperios, cinco veces más que un rayo natural promedio.
Según NTT, el diseño ya fue validado en laboratorio y podría adaptarse a drones comerciales. “Desarrollamos y validamos un diseño de jaula de protección contra rayos que previene fallos o daños incluso si el dron es impactado directamente��, explicaron en un comunicado. En la prueba de campo, el único daño visible fue una leve fusión del blindaje externo.

Aunque pueda parecer una locura intentar provocar un rayo, el objetivo no es el espectáculo sino la prevención de desastres. Cada año, miles de rayos provocan incendios forestales, explotan transformadores, causan apagones e incluso matan animales y personas. Solo en Japón, se estima que los daños económicos por rayos rondan entre 650 y 1300 millones de dólares anuales.
Con esta tecnología, NTT quiere lograr una “sociedad libre de daños por rayos”. Al inducir artificialmente los rayos, se puede controlar cuándo y dónde impactan, y alejarlos de aeropuertos, centrales eléctricas, turbinas eólicas o espectáculos masivos al aire libre, donde un pararrayos convencional no siempre es suficiente.
Por ahora, el dron fue probado con éxito en condiciones reales, pero sigue en etapa experimental. Para hacerlo operativo a gran escala, NTT planea avanzar en dos áreas clave: predecir con mayor precisión dónde se formarán los rayos, y perfeccionar los métodos para activarlos con drones de forma más eficiente.

Además, la empresa tiene ambiciones aún más audaces: capturar la energía de los rayos. Aunque por ahora no existen baterías capaces de almacenar esa cantidad de energía de forma segura, NTT ya está invirtiendo en el desarrollo de nuevas tecnologías con ese objetivo.
Este no es el primer intento de manipular rayos. Experimentos anteriores han usado láseres para desviar descargas eléctricas del cielo, pero los desafíos técnicos y de seguridad siguen siendo enormes. La diferencia con el enfoque de NTT es que el dron puede volar hasta la zona crítica, provocar la descarga y luego alejarse, todo con un solo sistema autónomo.
Si logra superar las pruebas científicas y regulatorias, este invento podría redefinir la manera en que la infraestructura urbana se protege de uno de los fenómenos naturales más peligrosos del planeta.