Los océanos azules fueron verdes hace millones de años, y podrán ser de color rojo o púrpura en un futuro
En escala de tiempo geológico nada es permanente. Ahora un estudio prueba que los océanos, hoy azules, fueron verdes en las primeras eras del planeta. Y en un futuro podrán tornar a colores como el rojo o el púrpura.

La mayor parte de la superficie de la Tierra está cubierta por océanos, casi las tres cuartas partes. Es por eso que nuestro planeta visto desde el espacio se ve como un punto azul en la inmensidad. Pero esta realidad que nos parece inamovible, podría cambiar algún día. Investigadores japoneses, citados por The Conversation, han presentado argumentos concretos con base en datos científicos de que los océanos de la Tierra alguna vez fueron verdes.
Esta información ha sido publicada en un artículo de Nature a mediados de febrero pasado. Allí se concluye que la razón por la que los océanos de la Tierra pudieron haber tenido un aspecto diferente en el pasado antiguo se relaciona con su composición química y la evolución de la fotosíntesis. Los expertos señalan que el color del océano dista mucho de ser estable, ya que depende completamente de la composición química del agua y su influencia en los organismos que viven debajo de la superficie.
Un tipo de depósito rocoso conocido como formación de hierro bandeado es relevante para el registro de la historia del planeta. Las formaciones de hierro bandeado se depositaron en los eones Arcaico y Paleoproterozoico, hace aproximadamente entre 3.800 y 1.800 millones de años. En aquel momento, la vida se limitaba a organismos unicelulares en los océanos. Los continentes eran un paisaje árido de rocas y sedimentos grises, marrones y negros.
El océano primigenio fue de color verde
En aquel remoto momento de la historia del planeta la lluvia que caía sobre las rocas continentales disolvía el hierro, que luego era transportado a los océanos por los ríos. Otras fuentes de hierro eran los volcanes en el fondo oceánico. Este hierro adquiriría importancia más adelante en la coloración y conformación química de los mares. El eón Arcaico fue una época en la que la atmósfera y el océano terrestre carecían de oxígeno gaseoso.

Cuando evolucionaron los primeros organismos que generaron energía a partir de la luz solar esa atmósfera y los océanos carentes de oxigeno gaseoso comenzaron a cambiar. Estos organismos utilizaban la fotosíntesis anaeróbica, lo que significa que podían realizar la fotosíntesis en ausencia de oxígeno.
El argumento del reciente artículo a favor de los océanos verdes en el eón Arcaico parte de una observación: las aguas que rodean la isla volcánica japonesa de Iwo Jima presentan un tono verdoso asociado a una forma de hierro oxidado. Las algas verdeazuladas proliferan en las aguas verdes que rodean la isla. En realidad son bacterias primitivas y no algas verdaderas. En el eón Arcaico, los ancestros de las algas verdeazuladas modernas evolucionaron junto con otras bacterias que utilizan hierro ferroso en lugar de agua como fuente de electrones para la fotosíntesis. Esto indica altos niveles de hierro en el océano.
Otros colores en el futuro
Los organismos fotosintéticos utilizan pigmentos, principalmente clorofila, en sus células para transformar el CO2 en azúcares aprovechando la energía del sol. La clorofila confiere a las plantas su color verde. Las algas verdeazuladas son peculiares porque contienen el pigmento común de la clorofila, pero también un segundo pigmento llamado ficoeritrobilina (PEB).

En el artículo de Nature los investigadores descubrieron que las algas verdeazuladas modernas genéticamente modificadas con PEB crecen mejor en aguas verdes. Si bien la clorofila es excelente para la fotosíntesis en el espectro de luz visible, la PEB parece ser superior en condiciones de luz verde. Los cambios en la química oceánica fueron graduales. El período Arcaico duró 1500 millones de años, lo que representa más de la mitad de la historia de la Tierra.
A medida que nuestro sol envejece, primero se volverá más brillante, lo que provocará una mayor evaporación superficial y una intensa luz ultravioleta. Esto podría favorecer a las bacterias púrpuras del azufre que viven en aguas profundas sin oxígeno. Esto dará lugar a tonos más púrpuras, marrones o verdes en zonas costeras o estratificadas. En escalas de tiempo geológicas, nada es permanente y, por lo tanto, los cambios en el color de nuestros océanos son inevitables.
Referencia de la noticia:
Matsuo, T., Ito-Miwa, K., Hoshino, Y. et al. Archaean green-light environments drove the evolution of cyanobacteria’s light-harvesting system. Nat Ecol Evol 9, 599–612 (2025). https://doi.org/10.1038/s41559-025-02637-3