¿Existe una forma correcta de respirar? Científicos explican cómo la respiración nasal adecuada transforma tu vida

Respirar por la boca hace que la garganta se seque y se vuelva más susceptible a la vibración que causa los ronquidos.

La respiración es una función vital que hacemos de manera automática y sin pensar.
La respiración es una función vital que hacemos de manera automática y sin pensar.

Te ha pasado que cuando vas a hacer ejercicio y los entrenadores te dicen, “respira de forma adecuada”, “inhala por la nariz y exhala por la boca”, lo haces de esa forma y te comienzas a marear, pues entonces nunca has respirado de forma adecuada y en este artículo te hablaré de la importancia de respirar de manera correcta.

La respiración es una función vital que hacemos de manera automática y sin pensar. Por medio de ella nuestro cuerpo recibe el oxígeno necesario para mantenernos vivos y saludables. Sin embargo, ¿qué sucede cuando respiramos por la boca en lugar de por la nariz?

Pero porque algunas personas respiran por la boca y no por la nariz, es necesario entender por qué sucede esto. Una de las razones más comunes es la obstrucción nasal, ya sea por alergias, resfriados, desviación del tabique nasal, entre otras causas, sobre todo de origen fisiológico.

Cuando no podemos respirar adecuadamente por la nariz, nuestro cuerpo se adapta a la situación y comienza a respirar por la boca, buscando la forma de llevar aire a los pulmones. Este cambio en la forma de respirar puede tener consecuencias negativas en nuestra salud, incluyendo un mayor riesgo de ronquidos.

Respirar por la boca hace que la garganta se seque y se vuelva más susceptible a la vibración que causa los ronquidos.
Respirar por la boca hace que la garganta se seque y la vibración provoca los ronquidos.

Pero ¿qué sucede cuando respiramos por la boca? Esta acción hace que la garganta se seque y se vuelva más susceptible a la vibración que causa los ronquidos. Además, cuando respiramos por la boca, es más probable que la lengua y otros tejidos de la garganta caigan hacia la parte posterior de la boca, lo que puede obstruir la vía respiratoria y provocar ronquidos.

Estudios como el de la revista Sleep and Breathing explicó ha demostrado la relación entre la respiración por la boca y los ronquidos. Según el estudio publicado en esa revista, el 70 por ciento de los roncadores crónicos respiran por la boca, mientras que solo el 27 por ciento de los no roncadores lo hacen.

Es simple: la nariz es para respirar y la boca para comer, coinciden los especialistas

Otro estudio, publicado en el Journal of Clinical Sleep Medicine reveló que la respiración por la boca fue un factor significativo en el riesgo de ronquidos en adultos mayores. Pero eso no es todo, esto a su vez tiene consecuencia en la salud mental de las personas que respiran con la boca por ejemplo si se comienza a una edad temprana y no se corrige puede acarrear problemas estéticos.

Deformación del rostro. La respiración constante por la boca, sobre todo con las infancias, puede alcanzar a modifica el desarrollo facial en crecimiento. Si el problema no es detectado y tratado a tiempo puede provocar cambios en la cara como son:

  • Rostro alargado
  • Cara plana sin proyección de los pomulos
  • Presencia de ojeras
  • Barbilla retraída, hundida o más atrás
  • Nariz caída o con forma de gancho
  • Fosas nasales estrechas
  • Paladar estrecho
  • Dientes torcidos
  • Sonrisa gingival
  • Mala postura del cuello y en general

Otro problema son las apneas del sueño. Una apnea es una pausa respiratoria durante el sueño, que evita un sueño reparador y una correcta oxigenación. Los problemas del sueño no deben tratarse a la ligera, muchos casos de TDAH (Trastorno por déficit de atención e hiperactividad) son en realidad problemas derivados del sueño.

Irritabilidad y cansancio. Cuando un niño no respira bien, no duerme bien, no se oxigena adecuadamente y entra en un ciclo de cansancio, irritabilidad, cansancio, etc. Los respiradores bucales en general están más irritables, enojados, carecen de paciencia, están estresados, olvidadizos, somnolientos, fatigados y no son niños tan felices como podrían estar.